Al taxi se le acaba la paciencia y rompe el diálogo con el Consell

Los taxistas valencianos todavía no han llegado al punto de sus compañeros madrileños y catalanes, que colapsaron Madrid y Barcelona durante sus días de huelga, pero ayer empezaron ayer con un paro de dos horas y una protesta en diversas calles en señal de rechazo al decreto elaborado por la Conselleria de Infraestructuras.

Después de «semanas de falsas promesas», las asociaciones representativas convocaron al sector a esta protesta, en la que aparcaron sus vehículos alineados por varias calles de la ciudad, antes de trasladarse a pie para concentrarse ante el Palau de la Generalitat, donde leyeron un manifiesto con sus reivindicaciones.

En opinión del presidente de la Asociación Gremial Provincial de Autotaxis de Valencia, Ismael Arráez, la consellera, María José Salvador, y el director general, Carlos Domingo, son «unos cobardes que sí se atreven a hundir al pequeño taxista y hacer expropiaciones encubiertas de licencias y no son capaces de enfrentarse a las grandes multinacionales de VTC para que cumplan la ley».

El pasado 5 de febrero, la Conselleria se reunió con el sector para explicar los principales puntos de su decreto ley para regular las VTC y dejando muy claro que este colectivo no podía realizar el trabajo de un taxista.

«Domingo nos aseguró que esa reunión era una primera toma de contacto y que la propuesta de la Conselleria de los 15 minutos de inicio del servicio de las VTC no era inamovible», según Arráez, quien incidió en que les dijera «claramente que el servicio de VTC debe ser complementario y nunca paralelo» al del taxi.

A las empresas de VTC tampoco les convence la norma que ha redactado la Conselleria. El presidente para Europa y Asia de Cabify, el argentino Mariano Silveyra, aseguró ayer en Alicante que las posibles restricciones que baraja la Generalitat Valenciana en la regulación de los VTC eliminarán los 500 empleos que ya existen en el sector en la Comunitat y evitarán la creación de más de 2.000 nuevos puestos de trabajo.

Reafirmó que imponer una demora de 15 minutos o una hora para contratar un VTC «no tiene ningún sentido».

Fuente;: La Razón

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