Pere Fuset afirma que el reconocimiento de la fiesta «no la hará fósil porque es una tradición dinámica»
Treinta días, ese es el compás de espera para saber si las Fallas son declaradas por la Unesco Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Con el fin de escenificar esta cuenta atrás, la concejalía de Cultura Festiva organizo el pasado viernes un acto simbólico en la Lonja de Valencia (que este año cumple 20 años desde su reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad).
En este emblemático escenario, la JCF presentó el libro ‘#Falles. Un patrimoni en comú’ que recoge imágenes cedidas por fotógrafos de la fiesta de los momentos más simbólicos de la fiesta, de la Crida a la Cremà. Si bien en las imágenes los protagonistas son los falleros, también se recoge alguna instantánea donde figura Ribó, Fuset y Puig en la Crida, aunque el expediente de la candidatura se inició en 2011 no hay ninguna imagen del equipo anterior. La portada es de un color rojo anaranjado que simula el día de la Cremá.
El concejal Pere Fuset dijo que habrá que tocar madera mucha madera en referencia a uno de los materiales básicos de toda falla para que la fiesta reciba el reconocimiento internacional. Fuset opinó que la «declaración de patrimoni inmaterial no supondrá limitar a la fiesta ni comprimirla ni hacerla fósil porque la fiesta es dinámica y viva. La cultura no es inmutable sino flexible».
Como principal valor de la candidatura, Fuset argumenta que las Fallas son un tesoro de transmisión intergeneracional y que engloba a muchos oficios artesanos y consigue unir a todos los valencianos. También explicó «en tiempos de valores volátiles hay que apostar por el gran valor de las Fallas».
Antes de la presentación del libro, la fallera mayor de Valencia, Raquel Alario, se dirigió al público para dar las gracias a todo el mundo fallero y a todos los artesanos por dar vida y mantener las Fallas.
En este acto de la Lonja también se ha visionado el vídeo de Valencia que se ha enviado para defender la candidatura.