La JCF reparte la autoría de los cancanes de la corte de honor tras apagarse la discusión sobre su anchura
Años atrás, el vuelo de las faldas que llevaban falleras mayores y cortes de honor era una cuestión de estado, porque la entonces alcaldesa Rita Barberá consideraba excesivo el ancho de las mismas y no disimulaba su malestar al respecto. Esto suscitó un debate y división de opiniones sobre la longitud y el tamaño de los mismos, unido al hecho de que la realización de este producto está copado por muy pocas empresas. Con el paso de los años, ese debate se ha aparcado y ayer se escenificó el regreso de una de las empresas al lote de indumentaristas: la firma Mavimar que, de esta manera, vuelve a ser proveedor oficial. La JCF ha decidido con este elemento tomar una solución salomónica: la firma de Benicalap da los cancanes del Siglo XVIII y La Llar del Fil, el del Siglo XIX.
Conforme se acercan las exaltaciones, las falleras terminan de recibir los elementos de su indumentaria. También ayer la firma Teresa Caballer entregó los moños que completan los tres del traje Siglo XIX. Los rodetes han sido realizados por la firma Realce para la peluquería de Malilla. El moño trasero está suelto para respetar que cada peluquero las peine como prefiera: si cada vez o cosiéndolo. La JCF no contempla unificar a la corte bajo un único peluquero, algo que sólo hará cuando salgan de viaje.