Al menos 31 muertos y más de 100 desaparecidos en el devastador incendio de California

Ya son 31 las muertes que se han cobrado los incendios que azotan toda California como nadie había visto jamás. Las autoridades han informado de que 29 de estos fallecidos fueron localizados al norte del Estado en el incendio bautizado como «Camp Fire», mientras que otras dos víctimas se encontraron en el incendio «Woolsey», que ha afectado a una gran parte del norte de Los Ángeles. El «sheriff» del condado de Butte informó de que los seis últimos cuerpos identificados fueron encontrados en la localidad de Paradise, sin duda una de las más afectadas, arrasada casi por completo. Las autoridades han avisado de la evidente peligorsidad de la situación y han pedido a la población que se mantenga alerta y que cumpla estrictamente con las órdenes de evacuación.

Los vientos con rachas de hasta 100 Kilómetros por hora no dan tregua al problema y, mientras, la cifra de fallecidos amenaza con aumentar. Según Kory Honea, «sheriff» del condado de Butte, el número de denuncias por desaparición ya ha aumentado hasta las 228. Hasta ahora, solo 107 de estas personas han sido localizadas, pero aun quedan muchas en paradero desconocido y los teléfonos de las comisarías no dejan de sonar. Autoridades y servicios de emergencia no cesan en sus labores para intentar solventar la situación de una vez por todas y unas 30.000 personas han sido ya evacuadas de sus hogares por las declaraciones de emergencia en Malibú, Ventura y Los Ángeles. El Departamento del «sheriff» ha puesto en marcha varias líneas de atención telefónica para facilitar la localización de familiares y conocidos desaparecidos. Los forenses siguen trabajando en la identificación de los cadáveres localizados hasta el momento y dos equipos especializados en antropología están colaborando para resolver los casos más complicados en los que no se descarta necesitar prueba de ADN para su identificación. Los incendios, que han dejado heridos a tres bomberos cuando trabajaban en su extinción, han arrasado ya cerca de 45.000 hectáreas, 6.450 viviendas y 260 comercios. Se trata de una de las tragedias medioambientales más grandes que ha sufrido el país y uno de los incendios más agresivos que ha experimentado el estado más poblado de EE UU. Numerosas personalidades, afectadas y no afectadas –dada la zona en la que se han producido– expresaron ya su apoyo a las víctimas que han perdido su casa a causa de la violencia de las llamas.

Fuente: La Razón

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *