Asia Bibi sale de prisión y busca refugio en otro país

Una semana después de que fuese absuelta del delito de blasfemia por el que fue condenada a la pena de muerte, la cristiana Asia Bibi fue liberada ayer. «Asia ya no está en prisión», dijo a Efe el abogado de la mujer, Saiful Malook. El letrado indicó que ella «está en un avión pero nadie sabe donde va a aterrizar». Asia, casada y con cinco hijos, ha permanecido en el corredor de la muerte, en la cárcel, en la provincia del Punjab, durante ocho años. En 2009 fue denunciada por dos mujeres supuestamente por insultar al profeta Mahoma. En el año 2015 su salud se deterioró gravemente debido a hemorragias intestinales, según contó a LA RAZÓN su familia, que nunca ha perdido la esperanza de ver en libertad a Asia.

El Tribunal Supremo absolvió a la mujer cristiana el pasado 31 de octubre de la condena a muerte impuesta en primera instancia en 2010 y ratificada cuatro años más tarde por el Tribunal Superior de Lahore (este), y ordenó su liberación. Casi inmediatamente estallaron unas protestas islamistas organizadas por el partido Tehreek-e-Labbaik Pakistán (TLP), que casi paralizaron el país durante tres días. El 2 de noviembre el Gobierno del primer ministro, Imran Khan, llegó a un acuerdo con el TLP en el que se comprometió a dejar paso libre para que los islamistas soliciten ante la Justicia la prohibición de salida del país de Asia Bibi mientras el Supremo estudia un recurso contra su absolución.
La familia de la cristiana había pedido ayuda en dos vídeos a Reino Unido, Canadá, Estados Unidos e Italia para que les den asilo por motivos de seguridad.
Tras varios días de silencio público por parte de la comunidad internacional, el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, afirmó ayer que ayudarán a Asia a abandonar Pakistán con la ayuda de otros países europeos. Salvini argumentó que la vida de Asia está en peligro si continúa viviendo en su país.
Saif-ul-Malook, abogado de la cristiana, salió del país durante el fin de semana y en una rueda de prensa en La Haya alertó sobre «las amenazas a la vida» de su defendida y explicó que él huyó a Holanda porque se convirtió en el «objetivo principal» de los islamistas radicales en el país. La dura ley antiblasfemia paquistaní fue establecida en la época colonial británica para evitar choques religiosos, pero en la década de 1980 varias reformas auspiciadas por el entonces dictador, Mohamed Zia-ul-Haq, favorecieron el abuso de esta norma.

Fuente: La Razón

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