El Roget murió en 1971 y sus restos mortales descansan en el Cementerio General, donde, como homenaje póstumo, la Federación de Atletismo colocó una placa con la inscripción:”El Atletismo Valenciano a su campeón”
CORRER POR LA CALLE
De las primeras peticiones para rotular una calle con el nombre de un deportista valenciano fue, sin duda, la que llegó de la mano de la Federación Valenciana de Atletismo, que en 1971 solicitó al Ayuntamiento del entonces alcalde falangista Vicente López Rosat, la denominación de dos calles con los nombres del fundador de su federación, Vicente Salvatierra y del primer referente del atletismo valenciano, el corredor José Andrés.
El Ayuntamiento desestimó la propuesta y el expediente se quedó archivado, hasta que 10 años después, esta vez a petición de la Asociación de Vecinos de la calle Artes y Oficios, se rescató la propuesta de rotular una calle con el nombre del atleta y vecino del barrio, José Andrés.
JOSÉ ANDRÉS “EL ROGET”
La vida de José Andrés estuvo muy vinculada al incipiente Valencia FC. Según cuentan las crónicas, su padre era el conserje del Campo de Algirós, el primer campo en la historia del club. Y allí, José Andrés se ganaba la vida, aparte de su profesión en una carpintería, repartiendo refrescos entre los asistentes al partido. Como no, corriendo de lado a lado del campo.
El Roget pronto saltaría a la fama ganando las primeras ediciones de la Vuelta a Pie en 1924 y el Campeonato Regional de Campo a Través en 1925, ambas luciendo el escudo valencianista en el pecho. En la primera repetiría como campeón en 1925 y 1927, mientras que en el cros se alzó victorioso de nuevo en las ediciones de 1926 y 1928. Este palmarés, junto a los récords que ostentaba de 3000 y 5000 metros en pista, le catapultaron al equipo nacional de atletismo, siendo el primer atleta internacional valenciano.
Durante los años 20 y 30 del siglo pasado, José Andrés fue, sin duda, un icono del deporte valenciano. Tanto es así, que protagonizó una de las anécdotas más entrañables y recordadas en la Valencia deportiva de siempre. El hecho ocurrió un primero de enero de 1925, cuando los distintos clubs deportivos de Valencia decidieron hacerle llegar al alcalde Luis Oliag, una felicitación de Año Nuevo. Según la idea perpetrada por el entonces entrenador del Valencia FC, el checoslovaco Anton Fivebr, la felicitación debería recorrer en manos de los representantes de cada club, un circuito urbano a modo de carrera de relevos hasta llegar al Ayuntamiento. Por unanimidad se decidió que el último relevo lo diese José Andrés, como así fue. El Roget corrió los últimos 200 metros y ascendió al despacho del Alcalde por la gran escalera de la Casa Consistorial, haciéndole entrega de la felicitación y fundiéndose ambos en un abrazo: “Con este abrazo a un deportista, abrazo a todo el deporte valenciano”, sentenció Oliag.
UNA PLAZA EN SU BARRIO
El Roget murió en 1971 y sus restos mortales descansan en el Cementerio General, donde, como homenaje póstumo, la Federación de Atletismo colocó una placa con la inscripción:”El Atletismo Valenciano a su campeón”. El nombre de la calle le fue denegado en el ocaso del franquismo por algún iluminado del Ayuntamiento que quiso ver en el apodo del “Roget” una tendencia política en vez de su característico color de pelo. Pero los vecinos del barrio de Algirós, que lo recordaban correr y entrenar entre sus huertas, no cejaron en el empeño de reparar el injusto olvido al que había sido sometido y consiguieron que, 10 años después de su muerte, una plaza a escasos metros del campo donde el Roget repartía refrescos, luzca hoy con su nombre: la plaza del Atleta José Andrés “el Roget”.