El acuerdo llegó tras unas cuantas horas de tira y afloja a través de los contactos entre las ex alcaldesa de Valencia y la secretaria general del PP, María Dolores Cospedal, hasta aceptar las partes la baja total, nada de temporal, del partido tras más de treinta años de militancia, de ser un icono y una de las protagonistas principales en los tiempos triunfales de la organización popular. Barberá quiso dejar claro que se va porque «así se lo ha pedido la dirección nacional». Una baja acompañada de la decisión de mantener el escaño en el Senado, «al amparo de la Ley y para que nadie entienda una asunción de culpabilidad».
Las conversaciones ya comenzaron el pasado martes, con refriega incluida entre ella y Fernando Martínez-Maillo, sin que nadie se atreviera a pedirle la dimisión de su puesto en la Cámara Alta, limitándose a solicitar «dar un paso atrás» que algunos quisieron interpretar a su manera. La cosa terminó con el diálogo con la segunda autoridad del PP.
El agobio político de la jornada se vio acompañado por la vorágine mediática, no sólo de las redacciones y platós televisivos, sino de la presencia casi multitudinaria de periodistas, cámaras y micrófonos a las puertas de su vivienda. Nada importó que ella no se encontrara en ella, allí se plantó hasta alguna tienda de campaña. Es verdad que a los profesionales se unieron algunos enemigos políticos más asiduos en este tipo de concentraciones que con reiteración se han organizado frente a su residencia en el centro de Valencia.
Mientras, los políticos, populares y no populares, aprovecharon la ocasión, como es norma general sea cual sea el político afectado, para intentar poner sordina al caso o para criticar incluso sin medida a la senadora y a la que hasta ayer fue su formación.
Finalmente, Rita Barberá hizo público un comunicado, que comenzaba con referencia al «procedimiento judicial previo en el que se investiga a otras 49 personas por el hecho objetivo de haber realizado una aportación de 1.000 euros destinados a la campaña electoral, por lo que resultaría incoherente no llevar a efecto este inicio de investigación pese a no existir contra mí testimonio directo de incriminación, tal y como se refleja y se expresa tanto en el escrito razonado del titular del Juzgado número 18 de Valencia como en el referido auto del Supremo». Los puntos esenciales del escrito se resumen:
Source: Comunitat Valenciana