Hay muchas soluciones para compensar los retrasos que de manera constante y desde el pasado mes de octubre sufren los usuarios de las Cercanías entre Castellón y Valencia. Una de ellas es la que se adoptó entre 2007 y 2008 en Barcelona cuando las obras del AVE llevaron el caos al tráfico ferroviario.
La entonces ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, decretó la gratuidad del servicio hasta la finalización de los trabajos, pero lo cierto es que se prolongó incluso después de la puesta en marcha del AVE.
Durante medio año tres líneas de la ciudad condal (C-2, C-7 y C-10) fueron gratuitas. La complejidad de las obras provocaba retrasos constantes de entre 15 y 90 minutos que podían afectar a más de un centenar de trenes y a más de 60.000 viajeros. Los problemas generados por los casi continuos socavones llegaron a provocar la supresión la línea C-10 que Renfe sustituyó con autobuses.
El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, se reúne hoy con el presidente de Renfe, Pablo Vázquez Vega, para pedirle soluciones a los problemas que la instalación del «tercer carril»- necesario para adaptar las vías al ancho internacional y también para poner en marcha el AVE entre ambas capitales- lleva provocando en la línea desde hace más tres meses.
De momento, la consellera de Vivienda y Obras Públicas, María José Salvador, solicitó el pasado mes de febrero por carta a la ministra de Fomento, Ana Pastor, la puesta en marcha de autobuses lanzadera con frecuencia suficiente para sustituir el servicio de trenes. Salvador lamenta que no se le dio respuesta concreta.
Desde Renfe, Vázquez Vega solo podrá hacerse cargo de compensar los fallos del servicio, dado que las obras son responsabilidad de Adif, la empresa pública del Ministerio de Fomento encargada de ejecutar las obras.
Incumplido con creces el plazo de finalización de obras, se prometió para finales de 2015, Adif mantiene silencio sobre cualquier nueva previsión.
De hecho, la propia ministra Ana Pastor, ya advirtió que su promesa estaba condicionada a los problemas técnicos que pudieran surgir, pero que el Presupuesto estaba reservado para que las obras marchasen lo más rápido posible.
Sin embargo, la situación para los más de 15.000 viajeros afectados diariamente no mejora. Renfe inició el 1 de agosto un reajuste de los horarios en los Cercanías, Media Distancia y Larga Distancia que cubren el trayecto Valencia- Castellón.
La previsión era que a partir de septiembre se pudiese recuperar, aunque fuese parcialmente, la normalidad del servicio, pero lejos de ir solucionándose, los problemas se han agravado, mientras a los usuarios y a la Generalitat se le agota la paciencia. Desde entonces, se ofrece casi la mitad de los servicios (de 40 a 22).
A día de hoy, el punto de mayor conflictividad es entre Alquería y Almenara, puesto que solo se puede utilizar una vía. Se convierte así en un embudo que provoca retrasos.
Source: Comunitat Valenciana