Bolsonaro gana en Brasil según los sondeos a pie de urna

El primer sondeo a pie de urna da como ganador al ultraderechista Jair Bolsonaro, candidato del Partido Social Liberal, con cerca del 56% de los votos, frente al izquierdista Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores, con 44%. Nada más concerse los primeros resultados, cientos de seguidores del ex militar salieron a las calles de Sao Paulo a celebrar la victoria.

A partir de ahora, Brasil entra en una nueva dimensión llena de esperanza para muchos brasileños y de frustración para los seguidores del PT y muchos de los que se abstuvieron. En medio de una crisis que restó casi el 8% del PIB en dos años y después una traumática destitución de la presidenta Dilma Rousseff en 2016, Michel Temer asumió las riendas del país. Tras un año y medio de políticas de austeridad y en medio de una ola de indignación por la corrupción y la inseguridad ciudadana, los brasileños votaron con una mezcla de indignación e incertidumbre para elegir a dos candidatos que no despiertan pasiones entre la mayoría.

Los 147 millones de brasileños llamados a las urnas también eligieron ayer en segunda vuelta a los gobernadores de 14 de los 27 Estados del país, que dibujarán el mapa político con el que lidiará el nuevo presidente a partir de su toma de posesión el 1 de enero.Bolsonaro, de 63 años, admirador de la dictadura brasileña y ex capitán del Ejército, revalidó la victoria conseguida en primera vuelta con respecto al izquierdista Fernando Haddad, heredero político de Lula da Silva, forzado por la Justicia a dejar la carrera electoral en septiembre al haber sido condenado por blanqueo de capitales y corrupción pasiva.

«El voto de ayer fue una enmienda a la totalidad del sistema», según el analista político brasileño Leandro Machado. Hay un hartazgo generalizado contra el Partido de los Trabajadores, pero también contra el resto de la clase política, que es vista como una mafia corrupta. La rabia contra el deterioro institucional, la sanidad y la educación deficientes y el miedo a la creciente inseguridad en las calles han actuado como palancas para millones de desencantados que buscan mano dura y renovación, algo que muchos ven en la figura del ex capitán de paracaidistas Bolsonaro, cuyo discurso populista de mano dura caló no solo entre las clases medias y altas, sino también entre muchos pobres que padecen la dureza de una crisis interminable.

A pie de urna, en el colegio San Luis de la Avenida Paulista, Marcelo, de 55 años, empleado en una emisora musical, lamentaba la oportunidad perdida tras 13 años de gobiernos progresistas: «Yo vengo de una familia humilde. Me crié durante la dictadura y cuando se fundó el PT a finales de los año 80 crecí con la ilusión de ver una izquierda fuerte que pudiera gobernar. Cuando Lula llegó al poder hizo cosas buenas, repartió la riqueza, pero después se equivocaron y alimentaron el sistema de corrupción que ha arruinado este país maravilloso», lamenta con los ojos emocionados.

El objetivo de acabar con la pobreza parece un sueño roto y hoy las calles de Sao Paulo, el motor financiero del país, están llenas de vagabundos durmiendo en cualquier parte de la ciudad mientras el desempleo ha alcanzado niveles récord. «Son los seguidores de Lula, y no los de la derecha clásica, o los nuevos votantes incorporados a la causa anti PT, los que provocarán la victoria de Bolsonaro», decía ayer el catedrático de la UNED Gustavo Palomares.

La tarea del nuevo presidente será colosal. Además de arreglar la economía, se le exigirá que reduzca la violencia y regenere las instituciones. El ganador no tendrá un cheque en blanco. Las elecciones al Congreso del 7 de octubre dejaron una Cámara Baja muy dividida, con 30 partidos y ninguno con más del 12%. El PT, pese a perder más de diez asientos, seguirá siendo la primera fuerza con 56 escaños, seguido del PSL, el partido de Bolsonaro. En el Senado, igualmente fragmentado con 21 partidos, el PT pasará a ser la quinta fuerza con seis senadores y cuatro para el PSL, que no tenía ninguno.

Queda por ver en torno al escrutinio cómo será de rotunda la victoria del presidente, lo que dará o restará fuerza a su mandato. Lo que viene a partir de ahora genera confusión. El ganador no ha ofrecido un plan detallado para reducir el déficit fiscal, cercano al 8%, ni cómo va a mejorar las prestaciones sociales ni a reducir la violencia.

Bolsonaro dijo que pondría a varios militares en la reserva al frente de ministerios como el de Defensa y el de Tecnología. Su candidato a vicepresidente, Hamilton Mourao, también es un general en la reserva. Para Economía su elección fue el economista Paulo Guedes, de la Escuela de Chicago, conocido por su ultraliberalismo y partidario de la privatización total de las empresas públicas, un planteamiento que difiere en parte de la postura de los militares, tradicionalmente estatistas en Brasil y ahora reconvertidos al liberalismo económico. Cabe recordar que durante los 27 años de diputado, Bolsonaro siempre votó en contra de la privatización de empresas estatales y llegó a decir que había que fusilar al ex presidente Henrique Cardoso por haber vendido activos públicos.

Fuente: La Razón

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