La presidenta del PP valenciano, Isabel Bonig, dijo ayer sentirse totalmente respaldada por la dirección nacional de su partido en su pugna con los ediles expedientados del Ayuntamiento de Valencia, y llegó a asegurar que «si en Madrid dicen que no he pedido el acta a los concejales o que me he equivocado, yo me voy».
Sí que reconoció que el plazo de diez días que dio a los munícipes para que entreguen sus actas no tendrá sentido si en ese periodo no concluye el expediente abierto en la dirección nacional del partido, y salió del paso explicando que esos diez días eran para que los concejales entregaran voluntariamente el acta, no para expulsarlos. «El acta la hemos pedido por activa y por pasiva. El plazo de los diez días es para que se den de baja de forma voluntaria».
Bonig, que ayer compareció en conferencia de prensa junto a Eva Ortiz para presentar una iniciativa sobre empleo, no rehuyó ni una sola pregunta sobre la crisis que atraviesa el partido en la ciudad de Valencia y la disparidad de criterios de la dirección nacional y la regional a la hora de buscar una solución, pero no consiguió cuadrar el círculo de una pretendida acción coordinada: «me siento totalmente respaldada. Vamos a mantener nuestra postura coordinados con Génova», y añadió que «sí que hay respaldo desde la dirección nacional, lo dijo ayer el secretario de Comunicación del partido».
La también síndica del grupo popular de Les Corts explicó que la Ley Electoral marca que «se causa baja de un grupo municipal por baja voluntaria o expulsión», y pidió paciencia para ver cómo «contestan a la carta», en alusión al escrito enviado desde la dirección regional a los ediles en el que les pide la entrega del acta. Bonig reiteró que pasados los diez días de plazo que les daba el partido «habrá que esperar para ver cómo acaba el expediente de Génova».
La portavoz mostró su confianza en que dicho plazo no fuera superior a dos semanas.
En este tiempo, el PP valenciano iniciará otro expediente por desobediencia a los ediles que no entreguen sus actas, aunque descartó que con este nuevo argumento se pretenda aquilatar una expulsión que puede forzar los estatutos del partido, y dijo desconocer si los concejales están dispuestos a recurrir su expulsión en los tribunales: «contamos con informes jurídicos».
Dijo que no era incoherente que los ediles suspendidos cautelarmente de militancia siguieran formando parte del grupo municipal, y lo achacó todo a los plazos del procedimiento.
Lo que sí dejó claro es que los ediles no podrán actuar en nombre del PP: «podrán ir a las comisiones porque ya están formadas pero no podrán presentar iniciativas, al menos sin consultarlo antes con el portavoz, Eusebio Monzó».
Bonig también hizo alusión al principal denunciante de la causa, Marcos Benavent, y dijo de él que «si Marcos Benavent es la palabra de Dios, cualquiera nos puede meter en un lío».
Comparó la situación que atraviesa el PP valenciano con «los nuevos partidos», y dijo que «Pablo Iglesias destituye de noche y con alevosía».
Respecto a la situación de Rita Barberá, la presidenta del PP dijo no haber hablado con ella en los últimos días, ni haber recibido mensajes de la exalcaldesa. Sobre ella destacó que «es una mujer comprometida con nuestra organización, y si llega la imputación, sabrá hacer lo que sea mejor para el partido».
Sí que reconoció que «el foco mediático está puesto todos los días en Valencia por Rita Barberá» y dijo que si no estuviera la exalcaldesa afectada por la causa, «no creo que los ediles levantaran tanta expectación en los medios de comunicación nacionales». Negó que hubiera dos sensibilidades distintas respecto a Barberá entre los que consideran que lo mejor es que se vaya, y el propio presidente del Gobierno en funciones que la apoya.
Por último, insistió en que confiaba en la pronta dimisión de los concejales «porque son hombres de palabra».
Source: Comunitat Valenciana