Bruselas aprieta y veremos si ahoga. La Comisión Europea ha redactado una misiva que sirve como toque de atención al Gobierno de Pedro Sánchez días después de que realizara un primer examen de los presupuestos. La normativa europea prevé el envío de este tipo de cartas cuando percibe un «riesgo claro de incumplimiento» entre las medidas presentadas por el país en cuestión y los compromisos trazados en la senda de déficit público. Los dos años anteriores, el ejecutivo de Mariano Rajoy, también recibió la misma carta y esto no implica un suspenso definitivo por parte de Bruselas en las cuentas públicas, pero sí una advertencia que debe tomarse en consideración. Fuentes diplomáticas explican que esta carta es un «aviso» y muestra la «preocupación» del ejecutivo comunitario. Según estas mismas fuentes, suelen ser habitual que Bruselas tenga dudas sobre los anteproyectos de presupuestos. En ese caso, suele pedir explicaciones de manera informal dentro de los habituales contactos que mantiene el ministerio de Economía con la Comisión Europea. Cuando se decide enviar una misiva es porque se considera que la petición de información no ha sido detallada y que el riesgo de incumplimiento es tangible y real. Por lo tanto, estas fuentes niegan que este toque de atención sea tan sólo un mero proceso administrativo. Se espera que el veredicto definitivo sobre los presupuestos españoles llegue durante noviembre.
Hay varios puntos potenciales de conflicto. Uno de ellos es la indexación de las pensiones y el otro las dudas sobre si el ejecutivo podrá sufragar el aumento del gasto público a través de nuevos impuestos como la tasa Google.
Ahora la pelota está en el tejado del Gobierno que debe demostrar a Bruselas –ya sea con una declaración política o el envío de un nuevo anteproyecto con medidas más detalladas– que piensa cumplir con lo prometido. Si el ejecutivo español no es capaz de convencer a Bruselas, el ejecutivo comunitario tiene la potestad de tumbar el presupuesto español en el plazo de una semana desde el envío de la carta. Según fuentes diplomáticas consultadas, La Comisión Europea en ningún momento se está planteando esta posibilidad en el caso español.
El simple anuncio de que Bruselas será muy exigente con los presupuestos de Italia y de que también enviará advertencias a otros cinco países más, disparó las alarmas en los mercados de renta fija. La prima de riesgo española cerró en 132 puntos básicos, después de subir más de un 10% en la sesión. En la era Sánchez, la prima se ha incrementado en un 45%, desde los 91 puntos del pasado 4 de junio. Los aumentos fueron generalizados en toda Europa. La prima italiana cerró en 333 puntos (+7,%). Bélgica, otro de los países que serán señalados por la Comisión Europea, vio como su diferencial con Alemania crecía un 12,44%.
Con estas incertidumbres, el bono español alcanzó máximos desde diciembre de 2015. A diez años, España tiene que pagar un 1,733% para atraer inversores. Por la mañana, el Tesoro había colocado 1.305 millones de euros pagando el 1,649%.
Este aviso al ejecutivo de Pedro Sánchez llega en un momento de incertidumbre debido al desafío italiano. El ejecutivo populista de Giusepe Comte ha remitido a Roma unos presupuestos que triplican el objetivo de déficit acordado por el Gobierno anterior con la UE y está dispuesto a seguir esta senda en los próximos dos años con una actitud que comienza a recordar los peores tics del gobierno griego de Alexis Tsipras.
La Comisión Europea está dispuesta a plantar batalla y si nada lo remedia, el próximo 29 de este mes decidirá devolver los presupuestos a Roma. Es un hecho inédito y nadie se atreve a vaticinar las consecuencias, pero Bruselas confía en que el efecto contagio a otras economías periféricas no suponga una amenaza. Fuentes diplomáticas confirman que, aunque el procedimiento es el mismo de otros años, la Comisión Europea ha rebajado el tono de las misivas (excepto en el caso italiano) para hacerlas más técnicas y menos políticas. El propósito es que los mercados financieros no interpreten que la situación italiana puede equipararse con la española ni con el resto de países a los que se ha remitido esta misma carta entre los que se incluyen Francia, Portugal, Eslovenia o Bélgica. El propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aseguró ayer desde Bruselas que el tono empleado en la misiva es muy diferente al utilizado en las anteriores ocasiones en las que Rajoy era el inquilino de la Moncloa.
Precisamente Bélgica ha reaccionado con determinación al ser comparado con Madrid. «Esta comparación es ridícula. Hay países que flirtean con la regla del 3% en términos de déficit presupuestario o que incluso lo sobrepasan», aseguró ayer el ministro de Economía Johan Van Overtveldt.
Fuente: La Razón