Hace más de quince años que Manuel Vázquez Montalbán nos dejó. Considerado uno de los más grandes prosistas y periodistas españoles de la segunda mitad del siglo XX se llevó con él a la tumba a su mejor creación, el detective Pepe Carvalho. Hoy, los herederos de Montalbán y Planeta han depositado en Carlos Zanón (Barcelona, 1966) la confianza necesaria para devolver a la vida a este extraño investigador gallego. Zanón, que es un hombre tan de letras como de retos, asumió esta aventura con la responsabilidad de quien debe hacer resucitar al protagonista de 18 novelas sin perder su esencia personal como escritor. El resultado es «Carvalho: problemas de identidad», una novela, que como él bien firma a LA RAZÓN Comunitat Valenciana después de ser entrevistado, está protagonizada por un personaje, pero escrita por dos autores.
-¿Cómo ha sido cogerle el relevo a Vázquez Montalbán?
-Fue una propuesta que llegó desde los herederos de Vázquez Montalbán y Planeta. Pensaron que había un par de generaciones que conocían el personaje de Carvalho pero no leían sus libros. Quisieron engancharlo de nuevo y ponerlo en el plano de la actualidad, tal y como se hizo con (Stieg) Larsson o la adaptación de la BBC de Sherlock Holmes. Actualizar el personaje. Decidieron que yo era la persona adecuada, me lo propusieron, y ahí empezó todo.
-He leído que Carvalho es muy Montalbán, pero también muy Zanón.
-Lo que yo tuve claro era que quería hacer una novela mía con un personaje prestado, que me habían dejado. En ningún momento pensé en hacer un libro que hubiera hecho Montalbán con su estilo.
-Por tanto, y hablando de identidades, usted no ha renunciado a la suya.
-Es lo poco que podemos aportar cuando escribimos. Es algo personal y de nadie más. Todas las historias ya están escritas, lo que importa es lo que tú aportas. Ese es el compromiso que debes tener con los libros, ser original.
-¿Y cómo se construye una novela a partir de algo que ya existe?
-Hubo un cambio trascendental, las novelas de Vázquez Montalbán estaban escritas en tercera persona, y yo la he escrito en primera. Ya no hay distancias, sabes lo que siente el personaje. Más que estudiar al personajes original, acudí a los libros y me los volví a leer por orden cronológico. Asumir el respirar, la idea, el sentido del humor del personaje. Hice una relectura como cualquier otro podría haberla hecho.
-¿Qué Barcelona se dejó Carvalho y qué Barcelona se ha encontrado?
-En quince años han cambiado muchas cosas, no solo la ciudad. No existía Facebook ni había redes o móviles. Ha tenido que convertirse en un investigador con nuevos medios. En cuanto a Barcelona… Esta novela se sitúa en 2017. Todo está más convulsionado. Todo ha estallado por los aires.
-2017 no fue un año cualquiera para Cataluña.
-Lo que está claro es que si escribes una de Carvalho no te puedes poner de perfil. Las novelas de Carvalho sirven para explicar la historia de España y la Transición libro a libro. Yo he hecho que los distintos personajes se pregunten qué está pasando y qué va a ocurrir. Que participen de la perplejidad con la que participábamos todos en 2017. Así se realiza un fresco de lo que ocurre en aquellos momentos en Cataluña y España.
-¿Ha podido plasmar su característico estilo poético en esta novela?
-Sí. No he cambiado mucho el estilo. Sí, que es la primera vez que hago una policial, aunque yo ya había hecho novela negra donde el trasfondo policial es casi inexistente, y aquí sí. La manera de escribir, para bien o para mal, es la mía. No he cambiado.
-¿Y qué ha supuesto afrontarla?
-Retos. Nunca había trabajado en primera persona. Nunca había hecho una policial. Cuesta que el lector no te pille quién es el asesino en la tercera página. Las subtramas están sacadas de la realidad, de las páginas de sucesos. Yo eso nunca lo había hecho. Me he permitido probar cosas que no sabía si era capaz de llevarlas a cabo.
-Tercera edición ya.
-No esperaba una recepción tan buena. Uno aspira a hacer la mejor novela posible. La duda era si el público podría reconocer al personaje, que estaba un poco deconstruido. La verdad es que es un alegrón.
-Será tópico, pero, ¿qué diría Vázquez Montalbán de este libro?
-Espero preguntárselo, pero dentro de muchísimo tiempo… (Ríe) En Montalbán había una parte muy irreverente. Creo que le gustaría el proyecto, pero me recomendaría no hacerlo más. La apuesta ha salido bien, he salido medio vivo, y me recomendaría no tentar más a la suerte.
-¿Y en pantalla le gustaría verla?
-Eso sí. Es muy cinematográfica, muy visual.
-Póngale, pues, cara a Pepe Carvalho.
-(No duda ni un segundo) Carmelo Gómez. Eusebio Poncela hizo de Carvalho hace muchos años y me gustó bastante también.
El libro
Las novelas de Carvalho sirvieron a Vázquez Montalbán para plasmar su visión política y social de España desde su primera aparición, allá por 1972 en «Yo maté a Kennedy». Ahora, Zanón vuelve a situar a Carvalho en la Barcelona indomable de finales de 2017, momento en que se produce el clímax del Procés.
Fuente;: La Razón