Casa Caridad alerta de que la crisis persiste y reclama más ayuda pública

«Para algunos es la primera vez que van al cine. Nunca antes lo habían hecho. No se creen con derecho a ello». El vicepresidente responsable de Asuntos Sociales de Casa Caridad, Luis Miralles, trató ayer de explicar cómo se sienten los que ya lo han perdido todo, incluida la autoestima.

La ONG de los valencianos presentó su memoria anual, cuyos datos vienen a demostrar lo que parece evidente, que la crisis persiste y se ceba en las mujeres (mientras en 2005 solo el 12 por ciento de comensales era mujer, durante el pasado año el porcentaje fue del 52) y los mayores de 55 años sin empleo y sin prestaciones.

La entidad realizó en 2015 un total de 385.151 atenciones a personas necesitadas, año en el que por primera vez en una década los españoles superaron a los inmigrantes como usuarios de los comedores.

Estas actuaciones duplican a las de los años anteriores a la crisis económica, lo que constata que a pesar de la «incipiente recuperación económica» aún hay muchas personas «con situaciones en algunos casos cronificadas», según explicó el presidente de Casa Caridad, Antonio Casanova.

Por ello, dijo, ahora más que nunca es necesario el apoyo de la sociedad civil, incluidas las empresas, y de la Administración. A esta última hizo un llamamiento Casanova al advertirles que, tal y como está estructurado el procedimiento de concesión de subvenciones (el Ejecutivo de Ximo Puig modificó el sistema de ayudas directas por el de los concursos públicos), Casa Caridad recibirá 155.000 euros menos que el año pasado. No obstante, Casanova confía en que el presidente de la Generalitat sea sensible respecto a este asunto y se iguale de algún modo la cantidad del ejercicio de 2015.

Niños y jóvenes

La ONG dibujó ayer una imagen que poco tiene que ver con los indicadores que proclaman el inicio de la recuperación económica. Como la cifra de menores atendidos por esta entidad, ya que una de cada cuatro personas a las que se repartió comida durante el pasado año (el 25 por ciento) fueron niños y el seis por ciento de los usuarios que acogió el servicio de albergue eran menores.

O la presencia cada vez más importante de jóvenes con enfermedades relacionadas con la adicción a sustancias tóxicas, personas que tras pasar por un centro de menores «acaban viniendo a Casa Caridad».

Source: Comunitat Valenciana

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