Casado fija el 31-O para tener nombrados a todos los candidatos

La nueva dirección del PP responde a la tensión electoral interna y recorta el plazo para designar a los candidatos autonómicos y municipales. Todos estarán nombrados para el 31 de octubre, y las presentaciones se harán en noviembre, según confirman fuentes de Génova. En un primer momento, sobrepasados por el aterrizaje tras el Congreso que decidió el relevo de Mariano Rajoy, la salida consistió en dejar el plazo abierto hasta la Convención Nacional, retrasada también de octubre a diciembre. Sin embargo, después de estas primeras semanas de septiembre en las que el nuevo equipo ha tomado mejor constancia de la situación del partido, las fechas se revisan para rebajarse y de aquí a un mes todas las candidaturas serán ya conocidas. Ni el contexto político ni la situación interna les permite ignorar la presión para que se resuelva ya esta cuestión, y es que la demanda para que se proclamen las candidaturas se arrastra desde la etapa de Rajoy y viene coleando prácticamente desde que se estrenó el nuevo curso político.

En Madrid, tanto la comunidad como el Ayuntamiento dependen directamente de la dirección nacional. Los gestos de la ex vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría en el arranque del curso político han enterrado las especulaciones sobre su posible candidatura. Y el partido está en vilo mientras se hacen quinielas entre los que apuestan por la continuidad de Ángel Garrido y los que se inclinan por lo contrario. En cualquier caso, todos los análisis se hacen ya con nombres del partido regional. Garrido sobrevivió a la crisis Cifuentes gracias a la entonces secretaria general, María Dolores de Cospedal, y es un perfil que todavía hoy sigue internamente ligado a ella. Nadie duda en el PP sobre la importancia trascendental que tiene para ellos conservar la Comunidad de Madrid y hacer un buen papel en las municipales, empezando por el Ayuntamiento de la capital. Ahí entre los nombres con los que se nutren las apuestas aparece el del actual portavoz, José Luis Martínez-Almeida.

Como explica uno de los dirigentes reforzados con la sucesión de Rajoy, perder Madrid sería tanto «como poner en marcha una gran bola de nieve que nos dejara sin posibilidades de recuperar La Moncloa». En general el resultado de mayo será un examen para el equipo de Casado y hay demanda de candidatos potentes, no sólo en Madrid, pero Génova tiene que ajustar esas expectativas a la realidad del partido heredado de Rajoy.

De hecho, aunque en Madrid Pablo Casado tiene más margen de maniobra para colocar a sus opciones preferidas, no ocurre así en otras comunidades autónomas donde en aras de evitar crisis preelectorales que debilitaran aún más al partido ha tenido que plegarse a lo que hay. «No son los mejores candidatos posiblemente, pero revisar la situación a estas alturas, y alterar el reparto de poder orgánico, no es posible». En Valencia, pieza también capital para el poder territorial del PP, se mantiene por ejemplo como candidata a la Generalitat a Isabel Boning. De su capacidad de arrastrar el voto necesario para recuperar el poder dudan seriamente en Génova, pero bastantes problemas tienen ya en el partido como para intervenir sin medir los efectos secundarios de la decisión. En el aire está, asimismo, la candidatura para el Ayuntamiento de Valencia. El PP de la ciudad está dirigido por una gestora y el equipo municipal, salvo el portavoz, Eusebio Monzó, está imputado en el caso Taula. Hablan del actual portavoz en el Parlamento Europeo, Esteban González Pons, pero de momento él señala que su sitio sigue estando en Bruselas.

Casado también ha avalado a Juan Manuel Moreno como candidato a la Junta de Andalucía. Estuvo al lado de la ex vicepresidenta, pero, sin embargo, en la nueva dirección respaldan su actuación política y destacan su trabajo, además de ponerle de ejemplo de integración.

El PP tiene importantes debilidades territoriales heredadas de las anteriores autonómicas y municipales y de cómo se ha gestionado la transición a estos comicios de mayo. En Castilla-La Mancha, por ejemplo, la salida de María Dolores de Cospedal de la presidencia regional deja al partido en una situación de orfandad y con dudas serias sobre su capacidad de volver a disputar al PSOE la presidencia del Gobierno regional. «Ha faltado tensión a la hora de resolver la renovación en los liderazgos que fueron arrastrados por las elecciones de 2015. Pero ahora ya hay que tirar con los bueyes que tenemos y confiar en el empujón de la marca del partido y de la mala gestión de los gobiernos del cambio».

No obstante, Génova trabaja en una radiografía territorial para medir la situación general y cuáles serían las mejores candidaturas. Casado tiene más margen para hacer cambios en el ámbito municipal, donde sí barajan mover banquillo, que a nivel autonómico. Por primera vez concurrirán a las elecciones autonómicas los aspirantes por Castilla-La Mancha, Castilla y León, Murcia, Valencia, Baleares, Canarias, Cantabria, La Rioja y Madrid. Aunque la mayoría fueron señalados en la etapa de Rajoy.

En las candidaturas municipales, el PP tiene en el aire plazas tan importantes para sus intereses como Salamanca, una vez que Alfonso Fernández Mañueco deja el sitio libre para ser el candidato por Castilla y León. En el «caso Enredadera» aparece el actual alcalde, Antonio Silván, en las grabaciones policiales. La Alcaldía de Murcia está también pendiente de candidato, igual que Bilbao, San Sebastián, Cáceres o Badajoz. El proceso de primarias para elegir al sucesor de Cospedal en Castilla-La Mancha anticipa todo un movimiento escalonado de piezas en esta región.

Fuente: La Razón

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