Casado se reunirá con Santamaría sólo para ratificar que no pactará

La Comisión Organizadora del Congreso (COC) del PP en el que se decidirá la sucesión de Mariano Rajoy dio ayer un patada hacia adelante a la petición formal de Pablo Casado, segundo en la votación de los afiliados, para debatir con quien se impuso por un estrecho margen, la ex vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. En la reunión de ayer, la COC sólo tomó nota de la petición, pero no emitió oficialmente dictamen. La dirección nacional sí marcó terreno, precisamente en una línea parecida a la que se defiende desde la candidatura de Sáenz de Santamaría. La ex vicepresidenta «nunca» se ha negado a debatir, explican desde su entorno, aunque sí ha marcado condiciones, como la de un diálogo previo para buscar la unidad. Sus reticencias a la confrontación se justifican, según argumentan en su equipo, en que «sólo serviría para aumentar la tensión interna porque no hay dos proyectos políticos que confronten en este Congreso».

Este periódico informó ayer de que Sáenz de Santamaría planteaba como condición previa al debate que hubiera un diálogo sobre la lista de integración. Fuentes del equipo de Casado replican que están dispuestos a reunirse con la ex vicepresidenta sin problema, pero también advierten de que la posición del aspirante a la Presidencia Nacional del PP será la misma que ha manifestado hasta ahora: que quiere un debate antes del Congreso y que llevará su candidatura hasta el cónclave.

La COC es el órgano que tiene que aceptar el debate, y no tendría más remedio si hubiera acuerdo entre los candidatos. Pero ayer, sin una notificación formal de la candidatura de Sáenz de Santamaría validándolo, se limitó a aclarar que es «una decisión política» que no viene obligada por los Estatutos del partido. Mucho más allá fue el coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maíllo. A su juicio, es «innecesario» el debate, y si se celebra, los «más encantados» serán los rivales políticos del PP. «Yo, sinceramente, no lo veo necesario, la organización del partido no lo ve necesario». Aunque puntualizó, para preservar las formalidades, que la decisión de celebrarlo depende de los candidatos y de la comisión organizadora del Congreso. «Los debates con el PSOE y Ciudadanos son los verdaderos debates que esperamos», apuntó, antes de incidir en que sería entre dos compañeros de partido. Martínez- Maíllo volvió a reclamar una lista de unidad, aunque Casado esté «plenamente legitimado para continuar». Otro argumento de la dirección nacional para frenar la confrontación dialéctica entre los dos candidatos a presidir el PP es que tienen la obligación de ponderar lo que es mejor para el partido. El coordinador general fue la «mano derecha» de Rajoy en el PP durante la etapa de Gobierno en minoría y esto hizo que hubiera sus roces y diferencias con la secretaria general y ministra de Defensa.

Dentro del «ruido» de esta etapa precongresual entró la voz del ex secretario de Estado de Relaciones con las Cortes José Luis Ayllón, fiel a la candidatura de Sáenz de Santamaría. Instó a Casado a plantearse si saldría «bien parado o no» del debate que ha pedido celebrar con ella de cara al Congreso extraordinario.

Esta semana empieza además a librarse con toda crudeza el pulso entre las dos candidaturas que pasaron el filtro de la primera vuelta para reclutar compromisarios del Congreso. La lista de Casado insiste en que sus cuentas les dan más de 2.000 de su lado, mientras que Ayllón evitó ayer dar cifras, pero también subrayó que van «bien o muy bien» en los apoyos. Sáenz de Santamaría tiene de su parte la fuerza de la maquinaria de la estructura en Andalucía, y también el empuje de un sector importante del «aparato» de Génova. Hay quien incluso coloca ahí a Rajoy, Javier Arenas y Martínez-Maíllo.

Fuente: La Razón

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