Vecinos del barrio recorren el centro para pedir un modelo que no esté basado en apartamentos ilegales y borracheras en la calle
Decenas de personas recorrieron ayer las calles de Ciutat Vella para protestar por el modelo turístico que se adueña del centro de Valencia. Se trataba de una marcha reivindicativa organizada por Escoltem Velluters y Ciutat Vella Batega en la que la intención era satirizar el uso turístico que miles de personas hacen del centro cada día y protestar contra un modelo basado en «apartamentos ilegales y borracheras en la calle», según los organizadores.
Los asistentes discurrieron por el corazón histórico de Valencia ataviados con gorros de paja, sandalias con calcetines y camisetas con estampados de flores y cargados con maletas como si fueran turistas recién llegados a la ciudad. Además, se mezclaba el inglés con el italiano, el valenciano y el español. La intención de los organizadores era combatir el actual modelo de «turisficación», como lo llamó Luis Calvo, de Entrebarris.
[wp_ad_camp_1]
Durante todo el recorrido, los asistentes vitorearon a una conocida empresa de alquiler de apartamentos por noches, pidieron «más turismo y menos vecinos» y cantaron consignas como «no nos mires, múdete». El recorrido fue eminente festivo pero no exento de una importante crítica al modelo de turismo de bajo coste que puede llevar, temen los residentes, a que Ciutat Vella se convierta en una suerte de Barceloneta.
La manifestación estuvo apoyada por las asociaciones de vecinos La Boatella, Russafa Descansa y El Palleter de Velluters, que ya se enfrentan en sus correspondientes barrios a problemas derivados del turismo masificado, la hostelería exacerbada y los apartamentos ilegales.
«No hacemos esto contra ningún turista. Queremos que se vea la situación real del barrio», explicaron al inicio de la marcha antes de discurrir hacia el Mercado Central. Por el camino, colgaron carteles que rezaban «zona acústicamente saturada» o «pròxima degradació: hotel» en distintos puntos del recorrido, como en la calle Eixarchs.
La marcha siguió después hacia el Mercado Central y posteriormente hacia el Palau de la Generalitat. La calle Caballeros es una de las más afectadas por el turismo de masas, explicaron los organizadores, por lo que aprovecharon el paso por la sede de Presidencia del Consell para «orinar» irónicamente contra el mismo edificio. Más tarde fueron a la Lonja, que subastaron.