Tal día como hoy del año 1484, los Jurats de Valencia concedieron a doña Leonor de Próxita, viuda del conde de Anverse, autorización para construir “…una revolta de trenta huit pams desde sa casa fins a la part de l’Hospital de Beguins…” Esta edificación se conservó hasta el siglo XX y fue conocida como “Cobertiç de Sant Pau”
La calle de San Pablo empieza en la calle san Vicente Mártir y termina en la Avda. Marqués de Sotelo.
Al tramo que iba desde la C/ San Vicente Mártir a la desaparecida Plaza del Colegio de San Pablo, se le denominó calle Cobertizo de San Pablo, después calle Pórtico de San Pablo, porque se entraba en ella a través de un arco o cobertizo en la parte recayente a la calle San Vicente. También se renombró esta calle como calle Murat y calle Muret, así la denominó el Padre Tosca en su célebre Mapa de Valencia por estar cerca del muro o muralla.
También fue conocida como calle Beguins al estar inmediata al Hospital o Casa de los Beguines o hermanos de la Penitencia. En ella se recogieron en un principio por los Beguines, y después a solicitud de San Vicente Ferrer, los niños huérfanos que andaban perdidos por las calles de la ciudad, los cuales, extinguidos los Beguines en 1551 quedaron establecidos en ella bajo la denominación de Niños de San Vicente y permanecieron aquí hasta el año 1621 en que pasaron al Colegio Imperial de Niños Huérfanos de San Vicente Ferrer.
Las beguinas fueron unas mujeres cristianas, contemplativas y activas, que dedicaban su vida a la ayuda a los desamparados, enfermos, mujeres, niños y ancianos, y también a labores intelectuales.Trabajaban para mantenerse y eran libres de dejar la asociación en cualquier momento para casarse.
No tenían casa-madre, ni tampoco una regla común, ni una orden general. Establecían sus viviendas cerca de los hospitales o de las iglesias, en sencillas habitaciones donde podían orar y hacer trabajos manuales. Cada comunidad o beguinaje, era autónoma y organizaba sus propia forma de vida con el propósito de orar y servir como Cristo en su pobreza.
Desde el siglo XII, el movimiento se difundió rápidamente desde la región de Lieja a Holanda, Alemania, Francia, Italia, España, Polonia y Austria. Algunos beguinajes, como los de Gante y Colonia llegaron a contar con miles de integrantes. Curiosamente tan solo en Valencia, a la orden masculina (creada un siglo después que la femenina) se les denominó “beguinos”, mientras que en el resto de Europa se les llamaba “begardos”
Las beguinas rivalizaron con el poder eclesiástico, al considerar la experiencia religiosa como una relación inmediata con Dios, que ellas podían expresar con voz propia sin tener que recurrir a la interpretación eclesiástica de la palabra divina.
Se considera que las beguinas, junto con los trovadores, fundaron la lengua literaria flamenca, francesa y alemana.
El Papa Clemente V, en el Concilio de Vienne las condenó. Decretó que «su modo de vida debe ser prohibido definitivamente y excluido de la Iglesia de Dios».
Las autoridades eclesiásticas tuvieron frecuentes roces con las beguinas y begardos. Durante el siglo XIV, los obispos alemanes y la Inquisición condenaron a los begardos y emitieron varias bulas para someterlos a la disciplina papal.
El 14 de abril de 2013, murió en Kortrijk (Bélgica) Marcella Pattyn, a los 92 años. Era la última representante de este movimiento religioso surgido en la Edad Media. Había nacido en el Congo belga en 1920 y era ciega. A los 20 años intentó ingresar en un convento pero ninguno la aceptó. Le acogieron las beguinas de Sint Amandsberg en Gante, una comunidad de 260 mujeres. Tenía 20 años cuando ingresó en la comunidad. Trabajó atendiendo enfermos. Con ella acabó un movimiento religioso de 800 años
La casa más antigua de Amsterdam, es una casa de beguinas del año 1420. El barrio de Begijnhof está todavía habitado por mujeres solas, las cuales el visitante debe respetar su privacidad y tranquilidad. El centro del patio está dominado por la Engelse Kerk, una iglesia que hoy es el centro de la Iglesia Reformada Inglesa.
En las imágenes podemos la calle cobertizo de San Pablo en una imagen del año 1915; una instantánea del beguinaje de Santa Isabel en Gante (Bélgica) instantánea de tres beguinas en Breda (Bélgica) en el año 1930 y Marcella Pattijin, última beguina, en una imagen tomada en 2006.