Cada vez queda menos para elegir a la fallera mayor de valencia 2017 y a la fallera mayor infantil 2017
Debates, juegos y conversaciones de mesa ayudan a buscar a las líderes del grupo
Los jurados prestan especial importancia a la forma de lucir la indumentaria y a la facilidad para comunicar discursos
Todo cuenta. Un simple gesto, una reacción ante una pregunta sorpresa, una lágrima que asoma para demostrar la pasión por las Fallas. Cualquier pequeño detalle puede ser decisivo para ser las elegidas para representar al mundo fallero durante todo un ejercicio.
Los jurados ya sólo cuentan con una semana para decidir el nombre de las 13 niñas y 13 jóvenes que pasarán a formar parte de las cortes y que optarán a la responsabilidad de ser fallera mayor de Valencia.
Ayer viernes tuvieron día de descanso, pero el jueves el jurado ya puso a prueba a las candidatas mayores para ver si prestaban cuidado a su indumentaria al indicarles que acudieran al hotel Acteon con un único moño. Lógicamente no podían optar por un traje del siglo XIX con mangas de farol y las aspirantes tuvieron que preparar su indumentaria del siglo XVIII, con manteletas menos cargadas de lentejuelas, mangas más afrancesadas, peineta más baja y sin los rodetes laterales.
Si bien la Junta Central Fallera ya dejó claro el año pasado su apuesta por el moño único, en las pruebas de los jurados de este año ya se ha querido comprobar la imagen de las jóvenes con moño único.
Para mañana están convocadas las jóvenes en la Ciudad del Artista Fallero, concretamente en la sala multiusos del gremio, faltará ver si tienen que ir con moño único o con la indumentaria del siglo XIX.
En los primeros días de pruebas, los juegos en equipo en un centro multiaventuras han permitido valorar la capacidad de las niñas y mayores para hacer grupo, liderar los juegos y mostrar el saber estar.
Los jurados han tomado buena nota de la jornada que las niñas pasaron en la Casa Ronald McDonald, donde las 72 aspirantes infantiles pudieron conocer el proceso curativo de los menores que están en este centro próximo al hospital de La Fe de Valencia. Las muestras de afectividad y las palabras dulces demostraron que la visita les había llegado al corazón. Y días antes visitaron las instalaciones de L’Oceanogràfic, donde las niñas dejaron ver su lado divertido.
Recuerdos
Falleras mayores de Valencia que también pasaron en su momento el proceso de selección, recuerdan con cariño algunas de las pruebas.
Carmen Sancho (FMV 2014) explica que el jurado «nos dio mucha confianza». El primer día pasaron un text de cultura general y fallera. «Recuerdo que una de las preguntas consistía en unir dos columnas, en una había nombres de personas de actualidad y en otra oficios y tenías que relacionarlo. También hubo una pregunta para ver si sabíamos el nombre de la Constitución de 1812, ‘La Pepa’ y otra sobre nombres de falleras mayores de Valencia».
Una de las pruebas divertidas fue cuando les hicieron una gincana por el entorno del edificio Veles e Vents. «Teníamos que encontrar determinadas cosas y lograr unas pruebas. Y recuerdo que una de ellas era hacernos una foto con un policía o hablar con turistas». También disfrutaron acudiendo a desfiles de moda en la pasarela Fashion Week «y un día fuimos al museo de Historia y luego nos citaron fuera y nos hicieron preguntas sobre las exposiciones».
Adriana Polo (FMV 2001) explica que «el primer día nos vestimos de valencianas y teníamos que subir al escenario y simular un discurso de la Crida». Indica que en una prueba tenían que hablar de actos singulares de su falla. «Les conté que el día de San José hacemos un pasacalle al revés, llevando a las falleras mayores a sus casas, haciéndoles pasillo con bengalas. Me saltaron las lágrimas de emoción. Les chocó que me emocionara al contarlo».
Adriana también pasó por pruebas como asistir a un acto con traje de cóctel o visitar el museo Príncipe Felipe. Con los años, Adriana fue jurado, «y reconozco que el día que llevamos a las candidatas al centro multiaventuras me sirvió de mucho porque te fijas en su manera de ser y cómo se comportan», añade. Como jurado, pidieron a las chicas que fueran dos días con la indumentaria valenciana. «Una vez les hicimos ir por la mañana de valencianas y luego por la noche, arregladas. Queríamos ver la capacidad de adaptarse».
Lucía Gil (FMV 2006) comenta que el primer día fue el más largo «porque tuvimos que esperar a que nos entrevistaran una a una, pero el resto de días nos organizaron otras actividades, como debates, para ver quién tomaba la iniciativa». Incluso tuvieron que cantar, ya que visitaron un karaoke. La última jornada fue el propio jurado el que les compuso una canción. En las últimas jornadas, «recuerdo que nos iban preguntando cosas de forma individual. Me dijeron que quién consideraba que debía de ser la fallera mayor y contesté que yo. Me vieron con tanta seguridad que les gustó».