El avión que lleva los supuestos restos de los ciudadanos estadounidenses fallecidos durante la Guerra de Corea ha llegado este viernes a la base aérea de Osan, en Corea del Sur, coincidiendo con el 65 aniversario de la firma del armisticio que impuso una tregua militar, aunque no el fin de las hostilidades.
El presidente del país norteamericano, Donald Trump, ha expresado a través de Twitter su agradecimiento a su homólogo norcoreano alegando que es «un gran momento para muchas familias tras tantos años»
La Casa Blanca ha confirmado que los restos de los militares que murieron durante este conflicto (1950-1953) han sido entregados por Pyongyang como parte del acuerdo entre el norcoreano Kim Jong Un y el presidente de EEUU, Donald Trump en la cumbre celebrada el 12 de junio en Singapur.
«Un avión de la Fuerza Aérea C-17 de Estados Unidos que contiene los restos de los miembros caídos ha partido de Wonsan, Corea del Norte», ha afirmado la Casa Blanca a través de un comunicado.
Los restos están siendo trasladados a la base aérea de Osan, en Corea del Sur, donde se realizará un análisis inicial de ADN y una ceremonia formal de repatriación que tendrá lugar el próximo 1 de agosto. Después serán enviados a Hawái.
No obstante, John Zimmerlee, el hijo de un soldado estadounidense que se encuentra entre los desaparecidos, ha explicado a la cadena británica BBC que no existen garantías de que estos sean los restos de soldados estadounidenses.
Zimmerlee, ha resaltado que «estos 55 restos que están volviendo, son personas que ellos (Corea del Norte) sospecharon que eran su enemigo durante la guerra, no necesariamente estadounidenses. «Podrían ser británicos, podrían ser australianos, belgas, podrían ser muchas personas diferentes», ha añadido para justificar la necesidad de efectuar pruebas de ADN.
Más de 326.000 estadounidenses lucharon junto a soldados de Corea del Sur y una coalición de la ONU durante la guerra para apoyar al Sur contra el Norte Comunista.
Se calcula que más de 35.000 soldados de EEUU murieron durante esta guerra que acabó dividiendo la península en dos Coreas. 7.700 están reportados como desaparecidos, incluyendo 5.300 cuerpos en territorio norcoreano, según los datos del Pentágono.
De momento, se estima que son los restos de 55 soldados, pero es la prueba de las nuevas relaciones entre EEUU y Corea del Norte. Y es que hace menos de un año la tensión entre ambas naciones llegó a hacer temer que se desencadenara un nuevo conflicto bélico.
«Las acciones de hoy representan un primer paso muy significativo para recomenzar la repatriación de restos desde Corea del Norte y para reanudar las operaciones de campo en Corea del Norte para buscar a 5.300 estadounidenses que todavía no han vuelto a casa», ha señalado Washington.
«Hoy, el líder norcoreano está cumpliendo parte de su compromiso que asumió con el presidente de devolver a nuestros caídos miembros del servicio estadounidense. Nos alientan las acciones de Corea del Norte y el impulso para un cambio positivo», ha aseverado la Casa Blanca.
Los pequeños ataúdes de madera se colocaron con la bandera de la ONU y se transportaron cuidadosamente uno por uno desde el avión hasta el suelo estadounidense de la base surcoreana.
Cientos de soldados y algunas de sus familias de la base de Osan saludaron y se alinearon en la ruta final del viaje de sus compatriotas.
Se cree que los restos de los fallecidos podrían hallarse en los campos de prisioneros de guerra, en los lugares donde tuvieron lugar las grandes batallas, en la zona desmilitarizada que separa ambas Coreas (se cree que habría unos 1.000 cuerpos y hasta en cementerios temporales de la ONU: China y Corea del Norte devolvieron los restos de unos 3.000 estadounidenses en la llamada Operación Gloria en 1954 pero aún hay más restos que no se entregaron.
La cumbre de Singapur, donde Trump y Kim acordaron trabajar para la «desnuclearización completa de la península de Corea», ha sido criticada por la falta de detalles sobre cuándo y cómo Pyongyang renunciaría a las armas nucleares. Pero lo cierto es que el mundo respira más tranquilo tras la nueva sintonía entre ambos líderes, cuando hace apenas unos meses se dedicaban insultos.
Fuente: La Razón