Cs se abre a pactar con Sánchez

Ciudadanos se apresuró ayer a marcar distancias con el PP ante la expectativa generada por las encuestas sobre la posibilidad de que con PP y la ayuda necesaria de Vox sumen para formar gobierno en unas futuras elecciones generales. El sondeo de NC Report que ayer publicó este periódico anticipaba que el partido de Santiago Abascal podría irrumpir en el Congreso con más de dos millones de votos y llegar a los 14 diputados, que sumados a los de PP y Cs podrían tener al alcance la mayoría necesaria para gobernar. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, seguiría ganando las elecciones, pero dependería de los separatistas para continuar en el poder.

Las encuestas coinciden con los análisis que se manejan en los partidos sobre hasta qué punto el desgaste del PSOE por Cataluña y por su gestión de gobierno puede abrir la puerta en el futuro a un nuevo Ejecutivo de centro-derecha liderado por Pablo Casado, como fuerza en principio más votada pese a la importante caída de votos. Y con el apoyo necesario de Vox, además de Ciudadanos. El modelo a mirar es el que se está intentando cuajar justo ahora para la Junta de Andalucía, y que implica un entendimiento básico entre Casado y Albert Rivera, pero con el respaldo de los diputados de Vox.

Ciudadanos echa el freno a estas expectativas demoscópicas y enfría esta teoría de los bloques que les sitúa al lado del PP. Esto desdibuja el papel de Rivera, que estratégicamente no se resigna al rol de consorte de los populares ya que hasta ahora la mayoría de las encuestas coinciden en situarle por detrás de ellos, aunque éstos pierdan apoyos y su formación mejore notablemente con respecto a las elecciones del 26 de junio. Desde el entorno de Rivera precisaron ayer a LA RAZÓN que «cada elección es distinta, y siempre priorizamos las negociaciones con partidos constitucionalistas, PP y PSOE». Pero «no descartamos ningún escenario».

Ciudadanos no quiere perder su capacidad de atraer votos del PSOE, y como es posible que en unas generales sume con unos y con otros, Rivera no quiere que se descarte que sea él quien presida el Gobierno. En Andalucía, la primera respuesta de Ciudadanos apuntó precisamente en esa dirección, a que fueran ellos, y no el candidato popular, Juan Manuel Moreno, los que asumieran la dirección «del cambio», pese a haberse quedado por detrás del PP andaluz en las urnas. Génova marcó como línea roja infranqueable esta posibilidad porque mirando también a nuevas elecciones, sentaba el precedente de que aunque superaran electoralmente a Ciudadanos, este partido les reclamase el Gobierno con argumentos como el de la «regeneración democrática».

En este pulso nacional debe interpretarse también la evolución de la negociación en Andalucía. Ayer sufrió un frenazo, no realmente por razones programáticas en materia de regeneración, ya que ahí la única diferencia fue que el PP planteó que la supresión de los aforamientos se haga a nivel nacional, y no con una legislación andaluza, algo en lo que, por cierto, ya está trabajando el Gobierno de Sánchez. Las direcciones de los dos partidos admiten fuera del debate público que en Andalucía habrá al final acuerdo, pero la apuesta de Ciudadanos es escenificar que lo ponen difícil y hacer valer su apoyo al PP. El miércoles volverán a reunirse para hablar del programa, y viernes o lunes deberían retomar la negociación al más alto nivel.

El portavoz de Ciudadanos, Juan Carlos Girauta, explicó que tras las elecciones municipales y autonómicas de 2019, su partido priorizará los pactos con el PP y el PSOE por considerar que son las formaciones que comparten con ellos el carácter «constitucionalista y europeísta». Añadió que su partido ha demostrado en estos años que «puede pactar con el PP y puede pactar con el PSOE, dependiendo del territorio, el lugar, las circunstancias, las políticas que cada cual ha aplicado e incluso los perfiles políticos de los líderes, su predisposición al entendimiento y si son más o menos sectarios o abiertos», informa Ep. Esto implica que Ciudadanos se coloca en la misma posición que antes de las últimas elecciones generales, pese al acuerdo de Pedro Sánchez con los partidos independentistas que con tanta dureza reprochan al jefe del Ejecutivo. C´s está además a la espera de ver cómo evoluciona el «caso Kitchen», sobre el presunto uso de fondos reservados por parte del Gobierno de Rajoy para neutralizar al ex tesorero del PP Luis Bárcenas. Los de la formación naranja confían en encontrar aquí otra «mina» para desgastar al nuevo PP, aunque se trate de hechos ocurridos con Rajoy al frente del partido y del Gobierno. Por otra parte, el PP sí considera que la «vía andaluza» puede ser la puerta que tengan al alcance para que «el centro-derecha» recupere el poder y «garantice que España no siga estando en manos de los partidos independentistas».

Fuente: La Razón

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