Esta vez no hubo que lamentar víctimas mortales. Pero todo podría haber terminado en tragedia después de que, a hora punta, en una de las zonas más transitadas de la turística capital británica, un hombre empotrara ayer su coche contra las barreras de seguridad de Westminster, tras haber arrollado previamente a un grupo de ciclistas.
El conductor fue rápidamente detenido por agentes armados de la Policía Metropolitana, que calificó el incidente de «acto terrorista». Tres personas resultaron heridas y dos de ellas tuvieron que ser atendidas por los facultativos. Al cierre de esta edición, una mujer permanecía hospitalizada en estado grave, aunque no se temía por su vida.
El gabinete de emergencia Cobra del Gobierno de Theresa May se reunió ayer para analizar un suceso que dejó unas imágenes casi idénticas al atentado que se vivió en Londres en marzo de 2017. En aquella ocasión, el terrorista Jalid Masood arrolló con un vehículo 4×4 a los viandantes que se encontraban en el puente a escasos metros del Big Ben antes de estrellar el coche contra la verja de Westminster, donde mató a un agente que estaba en la puerta con un puñal de entre 12 y 15 centímetros. En total, seis personas perdieron la vida, incluido el atacante. Precisamente, tras aquel atentado, las autoridades decidieron instalar unas barreras de seguridad en las inmediaciones del Parlamento, las mismas donde quedó ayer encajado el Ford Fiesta plateado que conducía el hombre que, de nuevo, sembró el terror en el corazón de la capital británica.
Fuente: La Razón