EE UU y Corea del Norte, una paz que no llega

El fracaso de la cumbre entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, ha traído a la memoria la historia de los presidentes norteamericanos de los últimos cincuenta años. Si bien el acercamiento conseguido hasta la fecha ha supuesto un gran avance, el descalabro de ayer ha dejado abierta la posibilidad de que Trump pase a engrosar la larga lista de dirigentes norteamericanos que no han logrado poner fin al último conflicto vivo de la Guerra Fría.

La historia es larga y las razones variadas, aunque en la mayoría de los casos la falta de un compromiso de EEUU a la hora de garantizar la paz y seguridad en Corea ha supuesto el principal escollo para llegar a un acuerdo. Ayer, antes del estrepitoso fracaso, los líderes mostraron su disposición a abrir oficinas de representación de cada país en la capital del otro, algo que hubiera supuesto un avance histórico y facilitado el proceso. Pero nada, todo se quedó en buenas palabras.

El año pasado, Seúl también insistió. Corea del Norte no tendría «ninguna razón para mantener las armas nucleares» si la «amenaza militar al Norte fuera eliminada y su seguridad estuviera garantizada». Pero desde Eisenhower con la conferencia de Ginebra en 1954 -un año después de firmarse el armisticio todavía hoy vigente- hasta la actualidad, las sucesivas administraciones de EEUU han fracasado en garantizarla.

En los años 60, bajo las administraciones de Kennedy y Johnson, las relaciones fueron especialmente hostiles -con diversos incidentes y muertos incluidos-. En los 70, Pyongyang invitó públicamente a Washingon a unirse a las negociaciones de un tratado de paz para reemplazar el armisticio, pero ni Nixon ni Ford respondieron a esa solicitud. También se planteó la idea a Jimmy Carter y se obtuvo la misma respuesta, pese a que su política era reducir el número de tropas estadounidenses en Corea del Sur, algo a lo que el Pentágono se opuso con éxito. El año 1981 trajo a Ronald Reagan, quien aumentó el número de soldados estadounidenses y se opuso a un tratado de paz.

Y así una larga lista. George W. Bush padre, Bill Clinton, George W. Bush hijo, Barack Obama y, hoy, Donald Trump. Algunos con posturas más cercanas y otros más firmes en su determinación. No se sabe qué pasará tras el fiasco de Hanoi, pero Corea del Norte es un estado nuclear con una oferta sobre la mesa y una posición de fortaleza, por lo que ahora muchos se plantean si hubiera sido mejor que Trump hubiera ofrecido primero el fin del estado de guerra y un tratado de paz a una nación que ya había dicho sí a la desnuclearización.

Fuente: La Razón

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