El calvario que vive una mujer violada es inenarrable pero si encima tiene que sufrir un vía crucis posterior, lleno de estigmas, repudios y señalamientos, la pesadilla se vuelve insoportable. Eso ocurre en países como el Salvador, donde 25 mujeres cumplen condena por abortar. Un delito incluso cuando el embarazo es producto de una violación o cuando la salud de la mujer está en riesgo. Hay otros casos, mujeres que corren mejor suerte.
Imelda Cortez, de 20 años, fue absuelta por un tribunal de El Salvador, tras permanecer 20 meses en prisión preventiva. Acusada de tentativa de homicidio de su bebé, después de sufrir un parto espontáneo luego de quedar embarazada producto de una violación. «Juez de tribunal de sentencia de Usulután absuelve a Imelda Cortez. Libertad», dijo Bertha María Deleón, la abogada que comandó la defensa de la joven.
El juicio tuvo un giro inesperado después que la Fiscalía solicitó al tribunal cambiar la clasificación del delito de tentativa de homicidio a «abandono y desamparo de personas» en perjuicio de su hija, por lo que pidió la condena de un año. «El juez determinó que no hubo indicio de que Imelda cometiera delito» y como estuvo encarcelada por un año y ocho meses la dejó en libertad, declaró el portavoz de la Agrupación Ciudadana para la Despenalización del Aborto Terapeútico Ético y Eugenésico (ACDATE), Jorge Menjívar.
Fuente: La Razón