El colecho, una solución para que la madre descanse

Mi recomendación es que leas el artículo del 1 de septiembre «Las tomas nocturnas ¿cuándo hay que reducirlas?» Tan solo una recomendación para dar respuesta a tu pregunta y ayudarte a tener un merecido descanso tras los días transcurridos con especial ajetreo. Muchas veces cuando les quitas la tomas nocturnas se siguen despertado, por lo que puede no ser la solución. Te sugeriría hacer colecho, con lo que el bebé puede mamar y la madre seguir descansando.

En cuanto al resto de las dudas que planteas las iré desarrollando por partes. En relación a las opiniones. Todo el mundo es experto en ello, pero quien está pasando las malas noches y duda si lo está haciendo bien, eres tú.

Por lo tanto, plantéate qué es en realidad, «mal acostumbrar a tu bebé». ¿A qué se refieren? ¿A quererlo? ¿A satisfacer sus necesidades más básicas? ¿Dormir y comer? Los bebés necesitan también comer durante la noche, incluso succionar del pecho para relajarse y volver a dormirse aunque no tengan hambre. ¿Qué hay de malo en ello? Y no voy a entrar en lo de que succione de un chupete para relajarse y dormirse, que aunque en «ocasiones» nada tiene de «malo», desde luego no es comparable con el pecho de la madre.

En cuanto a los vómitos, se confunde y se emplea esta palabra cuando en realidad los padres se refieren a la regurgitación. El vómito es la expulsión brusca y dolorosa del alimento (en este caso leche materna) por la boca. En cambio, la regurgitación es la salida de cantidades más pequeñas de alimento por la boca, sin esfuerzo y nada molesta.

La regurgitación

La regurgitación es algo común en los bebés, debido a la inmadurez de su sistema digestivo. El tubo digestivo (esófago), se une con el estómago mediante un anillo de tejido muscular (cardias), una especie de arandela que se abre para permitir que el alimento entre en el estómago, pero a la vez también se cierra para impedir que retroceda el alimento al esófago y, generalmente, hasta los 6-12 meses de vida este tejido muscular es débil, inmaduro e hipotónico, por lo tanto, no cierra del todo bien, permitiendo que parte del alimento vuelva de nuevo a la boca. Esto es lo que se conoce como regurgitación. Así que no es preocupante que el bebé regurgite, probablemente te resulte más molesto a ti que al él, ya que se trata de un problema que desaparece a medida que el bebé crece, generalmente sobre el año de vida. Si el bebé gana peso, está tranquilo y feliz no hay motivo por el que alarmarse.

Otra preocupación común en los padres, es si hay que hacer eructar al bebé tras la toma. El pecho no tiene aire. Si el bebé realiza un buen agarre, su boca es como una ventosa que succionará el pecho. Por lo tanto, no tragará nada de aire, a no ser que, se trate de un bebé muy inquieto, nervioso que toma el pecho con mucha «ansia», se suelta y se coge, o que haya estado llorando antes de ofrecerle el pecho, en este caso con el llanto si va a tragar aire.

Pausas

La distensión excesiva del estómago, producida porque el bebé ha tragado aire durante la toma, puede resultarle bastante o muy molesta. En estos casos, es una buena táctica realizar pausas cada cinco minutos durante la toma o hacer una parada a mitad de esta, para intentar que el bebé eructe el aire que haya podido tragar, evitando de este modo que tire al finalizar la toma un eructo grande acompañado de una bocanada de leche, por lo que se pierde parte de la alimentación que ha tomado.

Pueden enviar sus preguntas a consultalactancia@larazon.es

Fuente;: La Razón

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *