A mediados de mayo del año pasado la Comunitat Valenciana vivió otro de sus terribles episodios provocados por el fuego, en este caso al norte de Alicante, en la Vall d’Ebo, un fuego que arrasó más de 1.700 hectáreas. Hoy, más de un año después y tras haber dejado pasar el tiempo necesario para que el suelo se recupere, la Generalitat arranca los trabajos de reforestación de aquella zona mediante una nueva metodología basada en las mesas de concertación post-incendio.

En estos grupos estarán presentes los técnicos de la Conselleria y del Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM), junto con los Ayuntamientos de los municipios afectados, plataformas de vecinos, organizaciones agrarias, de cazadores… en definitiva, todos los colectivos que se hayan visto afectados por el fuego. Esta es una de las principales innovaciones de las mesas de concertación, tal y como explica la directora general de Prevención de Incendios, Delia Álvarez.

«La población, como es lógico, tras un incendio está muy afectada y necesita participar en la recuperación de sus montes». Lo primero que se realiza en estos grupos es un informe técnico elaborado por el CEAM y la Conselleria en el que se evalúa la severidad del incendio, el tipo de vegetación afectada y la hidrología de la zona, con el fin de determinar las actuaciones que se tienen que llevar a cabo a corto, medio y largo plazo.

Álvarez explica que es muy importante a la hora de llevar a cabo esta reforestación, adoptar medidas de prevención para nuevos incendios, como por ejemplo dejar zonas de discontinuidad de vegetación que sirvan de barrera cortafuegos, o utilizar especies mediterráneas como la carrasca, el palmito o la coscoja, que son plantas rebrotadoras.

Una vez realizado este estudio inicial, en la Vall d’Ebo se han empezado ya los primeros trabajos. Por el momento la Conselleria únicamente ha eliminado árboles de los márgenes de la carretera y se mantienen a la espera, dijo la directora general, de que la Diputación de Alicante realice las actuaciones que le corresponden.

Serán muy importantes en estas mesas de trabajo los Ayuntamientos, puesto que tanto en la Vall d’Ebo como en Carcaixent mucha de la vegetación afectada se encontraba en zonas privadas, por lo que los propietarios y los municipios deberán coordinarse para evaluar los daños.

Recursos disponibles

En estos grupos se coordinarán no solamente los trabajos, sino los esfuerzos presupuestarios. En este sentido, el president de la Generalitat, Ximo Puig, anunció el pasado jueves que este año se han incrementado un nueve por ciento los recursos disponibles en la lucha contra los incendios forestales, con más de 600 bomberos forestales, además de los 2.080 que trabajan en 50 parques, y se han adquirido nuevos medios y equipamientos.

En el caso de la Vall d’Ebo, aunque ha habido algunas dificultades iniciales, finalmente se ha conseguido crear dos grupos de trabajo. Uno de carácter técnico en el que participan alcaldes de los municipios afectados para tratar la prevención de incendios, puesto que, tal y como explicó Delia Álvarez, están obligados a tener planes para evitar el fuego, pero en muchas ocasiones carecen de los mismos por falta de recursos.

Otro de los grupos se encargará de la restauración de las zonas quemadas. Para ello es importante respetar un tiempo de reposo para que la vegetación que quedó tras el fuego siga protegiendo el suelo.

En otoño la Conselleria prevé iniciar la reforestación y plantación de la zona afectada puesto que ya habrá pasado el tiempo suficiente.

Source: Comunitat Valenciana