“Es una obra admirable, de composición esbelta y sólida a la vez, teniendo la elegancia de un adorno, la consistencia de un muro, la delicadeza de una filigrana gótica y la robustez de una construcción románica.”
Con estas palabras describía el canónigo Sanchis i Sivera en su obra “La Catedral de Valencia”, el imponente rosetón que desde la portada de los Apóstoles domina toda la plaza de la Virgen.
Este bonito ojo, de 6,45 metros de diámetro, no es desde luego de los de mayor tamaño si lo comparamos con otros rosetones, sobre todo con el de la Catedral de Santa María de Palma de Mallorca, con más de 12 metros de diámetro, pero como buen rosetón que se precie, el mito y la leyenda le rodea… pero también la historia.

Son sus dos triángulos entrelazados los que le dieron el nombre desde antiguo, ” Lo Salomó”, dos triángulos equiláteros entrelazados que forman una estrella de David para unos, el sello de Salomón para otros. Dos triángulos entrelazados en los que unos ven la dualidad, la eterna lucha entre el bien y el mal; otros una simple venganza de un gran maestro de obras, incomprendido y centro de burlas y mofas…
No obstante y antes de comenzar, debemos de tener en cuenta que en esta bonita y magnífica portada gótica, no todo es lo que parece…
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¿Y por qué decimos esto? Pues primero porque esta portada no es la que estuvo originalmente en la primitiva Catedral de Valencia.
Esta portada gótica fue adosada sobre otra portada románica existente, en la primera mitad del siglo XIV, portada románica que debió de ser de factura similar a la portada del Palau, dedicada al Nuevo Testamento, y coronada al igual que ésta con un enorme y precioso ventanal de lanceta, del cual aparecieron algunos restos durante las obras de restauración del año 1992.

Y segundo porque algunos de sus elementos no son ni mucho menos los primitivos. Los apóstoles y santos de la portada no son los originales, ya que fueron sustituidos en el año 1967 por copias realizadas en el Instituto de Restauración del Ministerio de Cultura, debido al alto nivel de degradación en el que se encontraban. Actualmente podemos ver los originales en el museo catedralicio.
Ni tan siquiera el emblema de esta Catedral, “Lo Salomó”, es el original. El primitivo rosetón fue sustituido por una copia, la que hoy podemos ver, en el año 1957 por el arquitecto Alejandro Ferrant, debido al mal estado en el que éste se encontraba.actual puerta de los Apóstoles y el rosetón.
Ni tan siquiera el emblema de esta Catedral, “Lo Salomó”, es el original. El primitivo rosetón fue sustituido por una copia, la que hoy podemos ver, en el año 1957 por el arquitecto Alejandro Ferrant, debido al mal estado en el que éste se encontraba.actual puerta de los Apóstoles y el rosetón.

Pero comencemos por el principio, y para ello, es necesario seguir entre otros trabajos, la imponente tesis doctoral realizada en 2015 por el profesor de arte Germán Chiva Maroto, que lleva por título “Francesc Baldomar. Maestro de la obra de la Seo. Geometría e inspiración bíblica.”
Hasta ese año, se desconocía totalmente el nombre del autor de tan magnífico rosetón. Nadie había sido capaz de aportar algún dato al respecto. Tan solo el canónigo Sanchis i Sivera se aventuraba a decir que era “obra del siglo XIV”, y citaba en una de sus notas, que a este rosetón “Dábase antiguamente el nombre de Salomó, indicando con él su complicada estructura… En el Libre de obres de 1477, folio 11, se dice que el maestro vidriero Arnau netechá, iluminá e posá plom a la vidriera del salomó colocada encima de la puerta de los Apóstoles.”
Se refería Sanchis i Sevira a ….. seguir leyendo