El Gobierno de Pedro Sánchez vuelve a quedar en evidencia a causa de la venta de armas a Arabia Saudí. El presunto asesinato del periodista Jamal Khashoggi ha colocado a este controvertido país bajo la lupa del escrutinio internacional y el pronunciamiento de la canciller alemana Angela Merkel anunciando que paraliza la venta de armamento, traslada ahora el foco a los estados que lo siguen haciendo. Es el caso de España. El Ejecutivo central ya ha tenido que lidiar con la polémica de las armas durante su escaso bagaje en el poder a cuenta de una primera intención –expresada por la ministra de Defensa, Margarita Robles– de interrumpir la transacción de 400 proyectiles, que tuvo que ser revertida por la puesta en peligro de una importante inversión en Navantia, en los astilleros de Cádiz.
Sánchez se debate de nuevo entre la «consternación» que reconocían fuentes gubernamentales y la salvaguarda de las sustanciosas relaciones comerciales que mantiene con Arabia Saudí. Por el momento, Moncloa opta por la «prudencia» y se adhiere al llamamiento de Naciones Unidas para que los responsables de «los gravísimos hechos» respondan ante la justicia tras una «investigación exhaustiva y transparente». Es precisamente al resultado de esta investigación a la que fuentes socialistas se remiten para emitir un pronunciamiento, que –a día de hoy– pasa por no interrumpir la venta de armas. Estas fuentes argumentan que, en todo caso, una decisión así debe estar coordinada por varios países y hasta ahora solo Alemania ha decidido cortar las relaciones comerciales. En concreto, ponen el ejemplo de Reino Unido y Francia que si bien ha firmado con Merkel el comunicado exigiendo una «aclaración urgente» del asesinato, no han dado ningún paso más.
No obstante, Sánchez no se pronunciará hasta que lo haga el presidente turco, Tayyip Erdogan, que tiene previsto hoy dar cuenta de los avances que se están registrando en la investigación del caso. Se trata de un incidente tan delicado que en Moncloa quieren prever todas las variables posibles antes de emitir su parecer. Este momento llegará irremediablemente mañana, cuando el jefe del Ejecutivo comparecerá en el Congreso de los Diputados a petición propia para hablar, precisamente, de la venta de armas a Arabia Saudí. Una cita que se fijó a cuenta de la primera crisis del armamento, pero que ahora está de plena actualidad. Antes, en concreto hoy tendrá lugar una sesión de la comisión de Defensa también en la Cámara Baja con este asunto como telón de fondo. Por un lado, estudiará una iniciativa de Compromís que pide de nuevo un embargo de las exportaciones al país saudita mientras que, por otro, el PP defenderá no incluir «ningún filtro ideológico» en este tipo de operaciones.
El más crítico ha sido el socio preferente del Gobierno. Unidos Podemos reclamó ayer abiertamente que se paralice la venta de armas a Arabia Saudí, un pronunciamiento que no comparten PP, PSOE y Ciudadanos que abogan por esperar a que se resuelva la investigación.
Fuente: La Razón