El monumento del siglo XV se cerró al público durante unas horas y el fuego causó daños en la fachada, forja y una puerta del inmueble
Pasaba la una de la tarde cuando los funcionarios de las torres de Quart detectaron ayer un incendio en la parte norte del inmueble que recae a un jardín. Un colchón y varias bolsas repletas de ropa fueron pasto de las llamas y en unos minutos lo que era el cobijo de un indigente había desaparecido.
El monumento construido en el siglo XV quedó chamuscado en la escalera de acceso a una pequeña puerta, que también se vio afectada por las llamas. La ceniza y los restos de los enseres se mezclaban con los charcos de agua de la extinción del incendio, realizada por los bomberos en unos minutos.
Del colchón quedaron los muelles y de las bolsas de enseres apenas una cazadora y un par de botellas de agua junto a la escalera ennegrecida. El cobijo ha sido el lugar habitual desde hace años donde duerme un indigente y todo indica que el fuego fue intencionado.
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La piedra de esa fachada de las torres quedó muy dañada en la parte inferior y poco antes de las cuatro de la tarde, un operario se dedicó a retirar la basura y limpiar con una manguera restos de hollín. Ahora quedará una intervención más costosa en la piedra, la puerta de madera y los elementos de forja. Al servicio de extinción acudió un camión de bomberos con su dotación y un vehículo escalera, que carece de agua para sofocar las llamas pero que estaba por la zona probando los giros de calles tras los cambios de tráfico de hace escasas fechas.
La concejal de Cultura de Valencia, Glòria Tello, comentó que el personal del museo habilitado en las torres cerró las instalaciones por el siniestro y que tras la limpieza exterior se procederá a la estancia donde recae la puerta dañada, lo que se preveía a media tarde, además de un primer intento para quitar todas las manchas de las piedras.
A falta de un informe definitivo, se ha ennegrecido la forja y algunos daños menores por la inundación. Todavía estaban los bomberos trabajando y un grupo de indigentes se situó en la puerta principal de las torres, así como en varios bancos de la plaza de Santa Úrsula.
El jardín colindante con las torres se extiende a lo largo de Guillem de Castro hasta la calle Corona, donde se sitúa el Museo de la Beneficéncia. Los residentes han denunciado con frecuencia la presencia de indigentes en la zona verde, con la acumulación de basura y residuos de todo tipo que supone malvivir entre unos setos durante semanas.
Las torres de Quart formaban parte de la muralla cristiana de la ciudad y su construcción se realizó entre 1441 y 1460 sobre una puerta anterior, siguiendo el modelo de la puerta de Castel Nuovo de Nápoles, levantado por Alfonso el Magnánimo. Desde entonces han sido utilizadas como cárcel de mujeres y prisión militar, esto último hasta 1932. La presencia de mendigos en los aledaños del monumento ha sido una constante desde hace tiempo, pese a las protestas vecinales.
El Consistorio restauró hace años tanto el exterior como el interior de las estancias de las torres, visitables y donde suele haber pequeñas exposiciones de la historia de la fortificación y colecciones municipales. El edificio consta de tres cuerpos: las dos torres, de forma cilíndrica, construidas en mortero y asentadas sobre un basamento en forma de talud, y el cuerpo central, de planta rectangular, donde se abre el portal, formado por un arco de piedra de medio punto. En el enlucido exterior todavía se conservan las señales del bombardeo sufrido durante el sitio francés a la ciudad en 1808.
En estos agujeros han vivido durante mucho tiempo cotorras, hasta que finalmente se colocaron unas redes que impiden los nidos. Las torres se conocieron durante muchos años como la Puerta de la Cal por ser obligado que este producto pasara a la ciudad por este acceso.