El Ayuntamiento blinda el espacio destinado al transporte público con pivotes y línea continua para ganar más velocidad comercial en la EMT
La calle Colón se ha vuelto un poco más inaccesible para los conductores después de que el Ayuntamiento convirtiera ayer el carril bus en segregado, es decir, con pivotes y línea amarilla continua desde la plaza Porta de la Mar hasta la calle Ruzafa. En síntesis, los vehículos privados no pueden parar.
Esto sucede porque los conductores se encuentran a la izquierda con los aparcamientos para motos y el carril bici inaugurados en marzo, mientras que a la derecha se sitúa desde ayer un carril segregado para facilitar una mayor velocidad comercial de la EMT.
En el centro quedan dos carriles abiertos a la circulación, pero que no son aptos para aparcar, ni siquiera para parar con el propósito de que baje o suba una persona. El concejal del grupo popular Alberto Mendoza consideró ayer que el propósito de la segregación no es «aumentar la velocidad de los autobuses, sino impedir que siga bajando por el embudo de tráfico creado en esta calle por el gobierno municipal».
Vista la situación, las únicas opciones que quedan a los conductores son aprovechar los semáforos en rojo para que puedan subir o bajar acompañantes de los vehículos, así como aprovechar los huecos de las zonas de carga y descarga y los vados de los garajes.
«Esto no debe ser legal, pero hace tiempo que en esta calle los conductores deben hacer de todo para poder pasar», indicaron otras fuentes. La remodelación el pasado marzo de todo la ronda interior por el anillo ciclista supuso reordenar las zonas de carga y descarga en toda la zona. La asociación de comerciantes del centro y el Ensanche logró, indicaron fuentes de la entidad, disponer de un total de 25 metros más de longitud para este cometido.
Los técnicos de la contrata pintaron las señales horizontales y colocaron los pivotes de goma durante la madrugada, de tal manera que por la mañana ya estaba todo dispuesto. Las piezas que separan el carril bus del situado a la izquierda fueron criticadas en su día por la Plataforma Motera por la Seguridad Vial, aunque se han puesto las mismas que en las calles de Ruzafa.
El aparcamiento en el carril bus ya estaba prohibido, igual que en el resto de la ciudad, aunque los conductores se arriesgaban a la infracción al parar sólo unos minutos. La cuestión es que ahora los pivotes impiden a los autobuses de la EMT salir con completa seguridad de su trazado, por lo que necesitan todo el tramo despejado y disponible.
El próximo viernes la EMT pondrá en marcha el refuerzo de las líneas nocturnas, como una compensación por la prohibición de estacionamiento en el carril bus de 40 calles. Colón es una de ellas, donde además pasa una de las líneas que aumentará la frecuencia de paso.
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Las líneas N1, N6, N89 y N90, las cuatro más utilizadas hasta ahora dentro de la oferta nocturna de la EMT, han sido las elegidas para que tengan tiempos inferiores a 30 minutos. En cada parada figura ya un nuevo cartel destacando con precisión las horas a las que llegará el autobús nocturno, tanto entre semana como los fines de semana.
La segregación del carril bus de Colón es una medida complementaria a la limitación de estacionamiento por las noches. El horario se reducirá además al ir desde las 22.30 horas hasta las 7 horas del día siguiente. Sobre la segregación, otras fuentes indicaron que los pivotes de goma son un «peligro para los motoristas, eso el Ayuntamiento debería tenerlo en cuenta». Los coches, en todo caso, no podrán entrar en ese espacio ni para una maniobra.