La tensión independentista, el órdago del presidente de la Generalitat, Quim Torra, al Gobierno, y los incidentes que se han producido con motivo del aniversario del 1-O han hecho que se active el ruido de elecciones por mucho que desde Moncloa insistan en que no barajan adelanto ni tampoco renunciarán a mantener en marcha su estrategia de diálogo para desinflamar el «conflicto» catalán, siempre dentro de la legalidad vigente.
Pero en la oposición empiezan a abrirse cada vez con más fuerza al escenario del adelanto electoral. No es el preferido por parte de la dirección del PP, por ejemplo, en donde creen que a su líder, Pablo Casado, le viene bien ganar tiempo y consolidarse como jefe de la oposición. Pero ante las circunstancias, concluyen que a Sánchez se le estrecha el margen, «o se entrega a los independentistas o les combate, el PNV se está poniendo de canto, los Presupuestos parecen muy difícil y las medias tintas pueden hundir al PSOE a nivel nacional».
El debate sobre cuándo se tienen que convocar las elecciones está abierto dentro del PSOE y en el Gobierno. Hasta ahora Pedro Sánchez y su asesor de máxima confianza, Iván Redondo, han considerado siempre que el objetivo era resistir el mayor tiempo posible en La Moncloa, pero las circunstancias aumentan el riesgo de esa estrategia de aguantar y resistir. Y en paralelo la Legislatura va camino de quedar monopolizada por la crisis catalana, tanto para el Gobierno como para la oposición.
En el PP creen que el tiempo sólo puede servir para aumentar el desgaste de Pedro Sánchez en La Moncloa, porque están convencidos, además, de que las elecciones autonómicas y municipales de mayo van a ir bien a sus intereses. Las encuestas que manejan del mes de septiembre reflejan que el «efecto Casado» empieza a sentirse en sus feudos históricos, es decir, en las comunidades donde hasta 2015 mantenían mayorías absolutas muy consolidadas.
Pero a Casado le vendría bien más tiempo, justo lo contrario de lo que puede ocurrirle a Sánchez, y por eso en Génova entienden que deben empezar a revisar su hoja de ruta para estar preparados para una convocatoria de elecciones generales en cuestión de meses. En estas elecciones Cataluña volverá a estar en el centro de la agenda a nivel nacional, y, de hecho, PP y Ciudadanos (Cs) han entrado ya en una dura competencia por ver quién cerca con más contundencia al Gobierno de Sánchez por su relación con el independentismo.
Ante el ultimátum del presidente de la Generalitat, exigiendo un referéndum de autodeterminación, Génova respondió ayer con la demanda al Gobierno de que aplique de manera inmediata el artículo 155 de la Constitución para destituir a Torra y al Gobierno catalán o que convoque elecciones en España. Para el PP, la exigencia de Torra es una «humillación inaceptable» que exige una respuesta urgente y no mantener la ficción de que «las amenazas soberanistas no van en serio».
A juicio del PP, los hechos que se han producido estos días en Cataluña confirman que no hay margen para el diálogo ni para la negociación con Torra y con la actual dirección independentista. «El Gobierno debe elegir entre seguir hipotecado a los golpistas o defender la Constitución aunque le cueste tener que convocar unas elecciones generales».
La portavoz del PP en el Congreso, Dolors Montserrat, acusó al presidente del Gobierno de estar «más cerca de Puigdemont» que de la Constitución ante la situación «extrema» que vive Cataluña porque, a su juicio, «mientras la democracia se deteriora, Sánchez mira para otro lado». Montserrat denunció que la violencia que se vivió en Cataluña el pasado lunes fue «consentida» por el Gobierno de Sánchez que «está escondido en su búnker de la Moncloa». «Con Sánchez y Torra los violentos campan a sus anchas y la angustia vuelve a las casas de millones de catalanes». Por otra parte, el PP desdeñó ayer la iniciativa anunciada por Ciudadanos en el Congreso para presionar al Gobierno de Sánchez para que active de nuevo el artículo 155 de la Constitución. Génova se desentiende de esta propuesta y recuerda que el Ejecutivo ya tiene los votos necesarios, los del PP, para sacar adelante un nuevo 155 en el Senado.
Fuente: La Razón