El PP negociará un programa de medidas de gobierno con Vox

El PP abrirá una mesa de negociación con Vox para firmar un documento de medidas de gobierno, como ya han hecho con Ciudadanos (Cs), ante la votación de la investidura de Juan Manuel Moreno como nuevo presidente de la Junta de Andalucía. Cs también ha mantenido conversaciones, aunque más de tapadillo, con la formación de Santiago Abascal, pero la negociación la asume en primera persona el PP, que entiende que no le perjudica esta interlocución con las siglas que han conseguido 12 diputados en la Cámara andaluza. «En buena parte gracias al apoyo de votantes desencantados con la gestión de Rajoy», como apuntan en la cúpula popular.

Esta negociación programática incomoda a Cs porque deja en evidencia la fragilidad del mensaje que niega la participación de Vox en el nuevo escenario andaluz. La realidad es que sin esta formación no podría ejecutarse el relevo en la Junta ni podría tampoco tener acción legislativa el nuevo Gobierno. En un contexto tan electoral y marcado por la traumática pérdida para el PSOE del poder en uno de sus feudos durante casi cuatro décadas, la posibilidad de pactos a derecha e izquierda, como pregona Ciudadanos, es prácticamente inviable. Como también lo es la posibilidad de que en su acción de gobierno PP y Cs asuman las esencias del programa de Vox, es decir, las medidas más polémicas en materia autonómica, de inmigración o incluso en relación a la supresión de la televisión autonómica. No obstante, desde el PP sí admiten que hay «muchas» coincidencias importantes, en cuestiones económicas, por ejemplo, y sobre las que pueden trabajar. El histórico cambio de Gobierno en Andalucía pasó su primer trámite, el de la constitución del nuevo Parlamento, pero todavía tiene casi todo por hacer aunque la prueba de ayer era definitiva para evitar la repetición de elecciones. A partir de la próxima semana PP y Ciudadanos se sentarán a negociar la estructura del organigrama del nuevo Ejecutivo autonómico, en el que los dos partidos tienen que buscar la fórmula para encajar los intereses de cada uno dentro de un reparto más o menos equitativo en presencia, pero también en control de las áreas más potentes, como puede ser Hacienda.

El reto del nuevo Gobierno está en equilibrar la demanda de influencia programática de Vox con los intereses electorales de Cs. Dentro de una clara estrategia por reivindicar su influencia, para justificar su apoyo a Moreno, Vox aireó ayer una oferta de entrar en el nuevo Gobierno andaluz que como tal no ha llegado a materializarse. Fue desmentida por PP y por Ciudadanos. El secretario general del PP, Teodoro García Egea, explicó en «Al Rojo Vivo», en La Sexta, que sólo les habían preguntado al inicio del proceso sobre cuáles eran sus pretensiones, a lo que la respuesta fue que querían tener un voto en la nueva Mesa del Parlamento andaluz. Objetivo ya cumplido. La cohabitación en Andalucía entre PP y Cs será un escaparate a nivel nacional de los resultados de su primera acción conjunta de gobierno, por lo que los dos partidos se juegan mucho a cinco meses de las autonómicas y municipales. Tan importante como lo que puedan hacer será que «la otra parte quede como responsable de lo que no pueden hacer», sentencia un veterano diputado del PP. Por su parte, el líder del PP, Pablo Casado, mostró ayer su satisfacción por el viraje político desde Pamplona, donde presentaba a sus candidatas. «Ese cambio que exigía abrir puertas y ventanas, levantar alfombras, abrir cajones y ver qué han hecho en 36 años tenemos que hacerlo», afirmó.

Fuente: La Razón

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