PP y Ciudadanos (C´s) vuelven a reunirse hoy para avanzar en el pacto de gobierno en la Junta de Andalucía. Los populares meten presión para acelerar los tiempos en su objetivo de un acuerdo global sobre la constitución del Parlamento y el nuevo Gobierno andaluz. En Génova crecen los recelos sobre las intenciones del partido de Albert Rivera, pero en el PP andaluz dicen que mantienen la confianza en que habrá acuerdo, cueste lo que cueste, porque el votante de Ciudadanos en Andalucía «no entendería el bloqueo». De momento, el PP quiere que esta misma semana, hablan del jueves, esté cerrado el documento base «con una veintena» de medidas para los primeros cien días de gobierno. Ahí, lógicamente, entran la reforma de la administración andaluza, rebajas de impuestos y hasta la modificación del modelo de televisión autonómica. Si se cierra el acuerdo, las máximas direcciones de las dos delegaciones negociadoras planean volver a reunirse el viernes o el lunes.
La diferencia no está en las cuestiones programáticas, y sí en la estrategia y en los intereses de partido. Ciudadanos está midiendo cómo combina el escenario político en Andalucía, y el reclamo de «cambio», con sus intereses a nivel nacional y su necesidad de que el acercamiento a Vox no le suponga dejar de seguir captando voto del PSOE.
El acuerdo sobre el programa va en paralelo a las conversaciones sobre el reparto de poder en el Parlamento y en el Gobierno, y sobre los apoyos para sacar adelante la investidura.
En principio, el reparto del Gobierno supondría una división al cincuenta por ciento de las consejerías, salvo que el número sea impar, lo que daría una más para los populares, según fuentes de la negociación. El PP defiende que consejerías importantes como Hacienda tienen que ser dirigidas por su partido, ya que definen la política económica y fiscal. Pero para el PP tiene tanta relevancia a nivel nacional conseguir el salto histórico de gobernar que no hará saltar el acuerdo por una cuestión de diferencias sobre el reparto de poder. Sus dos únicas líneas rojas son que la Presidencia debe ser para su candidato, Juan Manuel Moreno, y que el PSOE no puede participar «del cambio».
El plazo que marca el PP como límite para un acuerdo global es el 26 de diciembre, un día antes de la constitución del Parlamento, mientras que Ciudadanos opta por un ritmo más lento y considera que no es necesario llegar a ese día con todo cerrado.
En el reparto de cargos, parece claro que la presidencia sería para el popular Juanma Moreno, la vicepresidencia para el líder de Ciudadanos, Juan Marín, y la presidencia del Parlamento también para la formación naranja, cargo para el que se baraja el nombre de la diputada Marta Bosquet.
El rechazo del partido que encabeza Juan Marín a que sean los votos de Vox los que permitan un cambio de gobierno en Andalucía ha provocado un aumento de la «presión» por parte del PP, que ayer recordó al partido naranja que se debe trabajar sobre «escenarios realistas». «El cambio político se tiene que producir con tres fuerzas. La mayoría parlamentaria la marcan PP, Ciudadanos y Vox; cualquier otra cosa se me imagina poco probable o imposible», defendió Moreno en una entrevista con Carlos Alsina en Onda Cero, en la que también defendió que desde el partido de Santiago Abascal «lo único que quieren es ser escuchados».
Ciudadanos sabe que «tiene que contar con Vox si quiere seguir adelante con el acuerdo» con el PP, insistieron ayer desde el PP.
Fuente: La Razón