Rumores que cada vez toman más consistencia. Ecuador podría poner fin a la estancia del fundador de la web de filtraciones Wikileaks, Julian Assange, en la embajada en Londres y entregarlo a las autoridades británicas, informó el periodista de investigación Glenn Greenwald en un artículo publicado este sábado 21 de julio en el sitio especializado The Intercept. Según indicó el periodista, que citó a fuentes cercanas al Ministerio del Exterior ecuatoriano y de la oficina presidencial, el presidente Lenín Moreno quiere negociar con el Reino Unido un acuerdo para retirar el asilo a Assange.
Sin embargo ayer el ministerio de Exteriores confirmaba a LA RAZÓN que ni Lenín Moreno, ni su comitiva tratarán el tema del asilo a Assange, durante su gira por Europa. De hecho en un comunicado oficial publicado por la Cancillería también este pasado domingo expone: “De momento, por la complejidad del tema, no se tiene a la vista una solución a corto o largo plazo».
El presidente ecuatoriano se encuentra en Londres para asistir a la Cumbre de Discapacidades y luego seguirá viaje a España. El canciller Andrés Terán ya había indicado en días previos que «no habrá un acercamiento oficial del presidente Moreno con (Julian) Assange» en la capital británica.
Assange vive desde hace unos seis años -2012- en la embajada ecuatoriana, a donde había huido para evitar una detención y extradición a Suecia por acusaciones de abuso sexual. Si bien la Justicia sueca puso fin a sus investigaciones en mayo del año pasado, las autoridades británicas señalaron que si abandona la embajada lo detendrían igual dado que al huir a la embajada violó la ley. El australiano ha dicho en varias oportunidades que teme ser finalmente extraditado a Estados Unidos. Washington lo responsabiliza de la difusión de importantes documentos estadounidenses sobre las guerras de Afganistán e Irak a través de Wikileaks.
Durante la campaña presidencial para las elecciones estadounidenses de 2016, Wikileaks también difundió e-mails del Partido Demócrata robados al parecer por hackers rusos, y perjudicó de esta forma a la candidata demócrata, Hillary Clinton. Por su parte Greenwald se hizo famoso en su momento por trabajar en la difusión de los documentos filtrados por el informante estadounidense Edward Snowden, que reveló una vigilancia masiva de Internet a través de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos, para la que trabajaba. Es sin duda uno de los periodistas más prestigiosos en lo que se refiere a investigaciones y filtraciones on line, siguiendo la estela de su maestro Assange.
No hay que olvidar que fue el ex presidente Rafael Correa, hoy procesado en el exilio y enfrentado con Lenin, quien decidió dar asilo al periodista. El ahora mandatario admitió en enero que la estancia del fundador de Wikileaks, en la Embajada de Londres, se ha convertido en una «molestia heredada”. Incluso amenazó con entregarlo si seguía inmiscuyéndose en las política ecuatoriana –cuestiono los resultados de las pasadas presidenciales-. También entregaron la ciudadanía ecuatoriana al investigador como estrategia para “sacarlo” de “su refugio” y trasladarlo, pero no funcionó. Además el personal de la embajada se ha quejado del comportamiento errático de Assange, y de su falta de higiene.
Expulsarlo de la embajada supondría “arrojarlo a los leones”, la extradición a los EEUU sería inmediata. Assange se ha convertido en “el ocupa” más incomodo para Ecuador. Mientras Lenin, quien pretende distanciarse de su populista predecesor, se encuentra en la encrucijada. Si lo entrega, el líder de izquierdas quedará en entredicho ante las organizaciones de derechos humanos y buena parte de la comunidad internacional, pero si continua protegiéndole el Imperio y otros países a los que intenta precisamente acercarse, como el Reino Unido, le darán la espalda.
Fuente: La Razón