«El Procés está en ‘impasse’ hasta saber cómo acaba el ciclo electoral»

Lola García (Barcelona, 1967) es directora adjunta del diario La Vanguardia. Vivió tan de cerca las convulsas semanas de hace ahora un año en Cataluña que se vio en la necesidad de dejarlas por escrito para poder reposarlas. «El naufragio» fue el resultado. Está considerado la mejor crónica del Procés. Ayer presentó el libro en Valencia y atendió a LA RAZÓN Comunitat Valenciana, a la que explicó las claves de la mayor crisis institucional que ha sufrido nuestra democracia.

-¿En qué momento nace la idea de esta crónica?

-Hace un año, en noviembre, después de reposar los acontecimientos vividos en octubre. Pensé que se quedaron muchas cosas por explicar. Se podía reconstruir el relato que había vivido en los últimos seis años como periodista de La Vanguardia.

-¿Qué supuso a nivel profesional aquel mes de octubre de 2017?

-Fue un mes tremendo. Nos habíamos acostumbrado a los días históricos en Cataluña, cada día era calificado de histórico. Pero ya tenía un punto de no credibilidad. En octubre fue cuando realmente se traspasaron algunas líneas rojas. Los periodistas lo vivimos muy intensamente. Conocíamos personalmente a los protagonistas, y de repente acaban en prisión o fuera de España.

-El naufragio es un símil perfecto.

-Surgió muy fácilmente. Fue a raíz de la metáfora que hacía Artur Mas del viaje a Ítaca. Es muy dado a las metáforas marineras.

-¿Y cuál fue el punto del viaje en el que se perdió el rumbo?

-Hay varios momentos clave. Yo elegí empezar en 2012, que es cuando se produce la confluencia entre un movimiento en la calle muy potente y el apoyo institucional desde el Gobierno de la Generalitat. Me pareció muy relevante. Pero hay muchos otros momentos importantes.

-¿Proclamar una república simbólica fue el último gran error?

-Llegó un momento en el que ellos sabían que no podrían proclamar la república. Pero se había echado un pulso y consideraban que no podían volver atrás. Es la demostración de que se había tomado un camino sin posibilidad de salida.

-¿Ello ha llevado a que Carles Puigdemont sea considerado un traidor por ambas partes del conflicto?

-(Muy segura) No lo creo, en absoluto. Si hubiera sido considerado un traidor, no hubiese ganado las elecciones por encima de ERC. Es más, ha conseguido que sea considerado lo contrario: casi el único bastión que sigue manteniendo las posiciones frente al Estado español.

-¿Qué papel ha jugado TV3 durante el Procés?

-Esto se suele preguntar más fuera de Cataluña que dentro. TV3 ha jugado un papel que ha podido jugar igualmente Telecinco o TVE.

-Pero es un ente público.

-Sí, pero al final cada uno ve la televisión que le apetece. Nadie está obligado a ver la televisión pública. Y ya no vivimos en la era comunicativa de hace 40 años. La gente tiene una cantidad de fuentes de información impresionante. Tiene un papel, pero relativo.

-¿Se encuentra en «stand-by» el Procés?

-Sí. Está en un «impasse» hasta saber cómo acaba el ciclo electoral en 2019.

-¿Entrarán en las próximas elecciones fuerzas nuevas en el Parlament, como VOX?

-No lo sé. De momento, las encuestas no le dan entrada. Puede ocurrir, pero de momento el voto anti-independentista se está concentrando en Ciudadanos. El Parlament ya está muy fragmentado, al igual que en Euskadi. Donde podía haber un hueco es en el espacio de la antigua Convergència. Pero la polarización impide que surja un partido de centro moderado nacionalista.

-Y hasta los siguientes comicios, ¿qué podemos esperar del nuevo gobierno socialista en relación al Procés?

-De momento, se le han restado algunos argumentos al independentismo, en cuanto a utilización reiterada de la vía judicial. El traslado de los presos a cárceles catalanas es un gesto importante. Se pueden seguir esperando este tipo de gestos, llamados «desinflamación» o «deshielo». Otro discurso, otro talante, otra forma de dirigirse hacia los catalanes.

-¿Arrastrará Cataluña a la Comunitat Valenciana en el plano secesionista?

-Desconozco bastante la situación aquí. Ha habido algunos intentos de mejorar las relaciones porque hay muchos intereses comunes. Siempre se acaban frustrando con la llegada de algún presidente que no tiene demasiado interés, como ocurre con el actual. Es un grave error. No sabría darte una opinión sobre el nacionalismo en la Comunitat Valenciana, pero sí que creo que la imagen de la Comunitat en Cataluña ha mejorado bastante en los últimos años.

Fuente;: La Razón

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