Como ya hiciera con los indultos a los líderes del «procés», Ciudadanos busca retratar de nuevo al Gobierno a cuenta de su gestión del conflicto en Cataluña. Esta vez, instando al Ejecutivo a realizar el requerimiento previo al presidente de la Generalitat de Cataluña para la aplicación del artículo 155 de la Constitución. La estrategia de poner a Pedro Sánchez frente al espejo de sus gestos al independentismo ya le generó importantes réditos a la formación naranja en la campaña de las elecciones andaluzas, cuando el PSOE votó en el Congreso en contra del veto a los citados indultos. Ahora, los de Albert Rivera repiten la maniobra en una semana señalada por la vista previa del juicio del «procés» y la eventual reunión entre Sánchez y Quim Torra en el marco del Consejo de Ministros que se celebrará el viernes en Barcelona.
La Proposición no de Ley (PNL) impulsada por Ciudadanos que se debatirá y votará mañana en la Cámara Baja fue presentada en octubre, tras los incidentes protagonizados por los CDR (Comités de Defensa de la República) –cortando autopistas y asediando las delegaciones del gobierno– en el aniversario del pseudoreferéndum del 1-O. Sin embargo, el debate sobre la suspensión de la autonomía catalana sigue tan vivo como hace dos meses, así como los disturbios de los violentos en Cataluña o las demandas de aplicar el 155 por parte de la oposición. Antes de que la PNL se debata y vote en el Congreso, el presidente del Gobierno comparecerá en el Senado para dar cuenta de la crisis migratoria que sufre España e informar de las líneas generales de actuación del Ejecutivo.
A expensas de los argumentos que esgrima Pedro Sánchez por la mañana, su grupo parlamentario votará en contra de la aplicación del 155 en la Cámara Baja esa tarde. El encargado de defender el rechazo a la suspensión de la autonomía de Cataluña será el diputado del PSC José Zaragoza, que esgrimirá la falta de causas objetivas para aplicar este precepto constitucional. Fuentes consultadas por este diario aseguran que se reivindicará el diálogo como la «estrategia política» para gestionar el conflicto en Cataluña y se hará hincapié en que «desde que Pedro Sánchez gobierna el independentismo no se ha saltado la ley». Una situación que comparan con la celebración de dos referéndums (9-N y 1-O), la aprobación de las leyes de desconexión o la declaración unilateral de independencia que tuvieron lugar durante el mandato de Mariano Rajoy, como hechos previos y desencadenante de la aplicación del 155.
Fuentes socialistas defienden que este precepto constitucional está regulado por la ley y que exige hechos delictivos y no meras declaraciones inflamadas. «Es necesario que se transgreda la legalidad para aplicar el 155», advierten, en la línea de la «respuesta firme y contundente» que ya anticipó el presidente del Gobierno durante su intervención el pasado miércoles en el Congreso. No es voluntad del Ejecutivo recurrir a la intervención de la autonomía catalana, ya que su apuesta de resolución política transita «a día de hoy» «por la vía del diálogo». Esto, a pesar de que varias voces –entre ellas las de presidentes territoriales del PSOE– hayan clamado durante la última semana por aplicar el 155 o incluso la ilegalización de los partidos. En Moncloa entienden que más que una voluntad real, estas apreciaciones se enmarcan dentro del ambiente preelectoral de estos territorios y en el perjuicio que un eventual pacto con los partidos soberanistas para sacar adelante los Presupuestos podría acarrear para sus perspectivas en las urnas el 26-M.
Consciente de la división interna que le está generando al partido la estrategia en Cataluña, el PSOE volverá a hacer equilibrios con un discurso equidistante: rechazando la intervención de la autonomía, pero recordando que Sánchez dio su apoyo a Rajoy cuando hubo que aplicarla en 2017. En este contexto se demandará «lealtad» y «sentido de Estado» a la oposición y se recordará que la formación de Albert Rivera lleva demandando la aplicación del 155 desde que éste se levantó, como el propio líder naranja reconoció la semana pasada. Para los socialistas catalanes una eventual suspensión de la autonomía cargaría de razones a los independentistas para volver al escenario en el que más cómodos se sienten, el de la radicalidad.
Con el voto del PSOE y el de sus socios de la moción, decaerá la PNL de los naranjas. Una situación que allana el camino para la reunión del Consejo de Ministros del próximo viernes en Barcelona y la eventual cita que se pueda producir entre Sánchez y Torra, aún pendiente de cerrar en formato y contenidos.
Fuente: La Razón