Valencia fue fundada en el año 138 antes de Cristo sobre una isla situada en el centro del río Turia, alejada del mar unos pocos kilómetros; el primer puerto de la ciudad fue por tanto un puerto fluvial. Las embarcaciones llegaban hasta un pequeño muelle hecho de madera en el mar y desde aquí pequeñas embarcaciones remontaban el río hasta el puerto de la ciudad.
Aunque no hay constancia de ello probablemente antes de la conquista cristiana hubiese un pequeño embarcadero, pues en la crónicas se cita que el rey recibía ayuda a través del mar. Este lugar recibió el nombre de Grau (del latín Gradus) que más tarde se castellanizaría con el nombre de Grao.
Con el desarrollo de la ciudad de Valencia, la costa se va poblando de marineros y pescadores y se crea en 1249 «Vila Nova Maris Valentie» (Villanueva de la Mar de Valencia o Villanueva del Grao). Se trata de un pequeño poblado protegido con una frágil muralla y una torre. En este poblado se erige una pequeña iglesia dedicada a Santa María que con el tiempo se llamaría Santa María del Mar. También se construyen las Atarazanas para la reparación de barcos y conservación de útiles marineros.
Durante siglos Valencia careció de un puerto de mar en condiciones. Su costa baja y arenosa no ofrecía protección adecuada a los barcos, y las corrientes y tormentas marinas aterraban cuando no destruían los sucesivos embarcaderos que se construyeron.
La primera construcción portuaria de cierta entidad se debe a un privilegio concedido por el rey Fernando el Católico a favor de Antoni Joan quien en 1483 realiza un puente de madera «Pont de Fusta» que realiza las funciones de puerto pero siempre en precarias condiciones. Este primer puerto o embarcadero perduró hasta 1555.
Durante los siglos XIV y XV la actividad portuaria ha ido en aumento, en el año 1535 se levanta un baluarte o fortaleza que viene a dar mas seguridad al puerto costero, pero las instalaciones siguen siendo precarias y de madera y el transporte de mercancías sigue realizándose en barcas a través del río. En 1575 la ciudad de Valencia construye otro embarcadero también de madera.
En 1686 el «Consell de la Ciutat» encarga a Tomás Güelda la construcción de un muelle de piedra; muelle que no llegó a ser terminado y que finalmente fue destruido en la Guerra de Sucesión a la Corona de España por el general austracista Juan Bautista Basset Ramos a fin de aprovechar los sillares en la reconstrucción de las murallas de la ciudad. Ante este fracaso se construiría en 1699 un nuevo muelle-puente de madera. Con posterioridad se suceden algunos proyectos o ampliaciones que no llegan a cuajar y habrá que esperar al 26 de marzo de 1792 en que Manuel Miralles, ingeniero hidráulico y capitán de fragata coloque la primera piedra de un nuevo puerto recuperando así el proyecto original de Güelda de construir un puerto de referencia para la ciudad. Las obras de este puerto se verán interrumpidas por el inicio de la Guerra de la Independencia en 1808.
Plano del Puerto de Valencia Terminada la guerra las obras de mejoras se suceden. En 1826 Juan Bautista de la Concepción Llovera y Lloved da inicio a las obras de mejora que darán al Puerto su actual configuración. Así durante el siglo XIX se construye el dique de Levante, y el contradique de Poniente, por lo que queda cerrada una dársena interior pentagonal, que es el germen del actual puerto de Valencia. En 1880 se crea la Junta del Puerto de Valencia que desde entonces es la encargada de realizar todas las obras de reparación, obras y acondicionamiento de las instalaciones portuarias.
Tinglados La dársena interior del puerto muestra una serie de construcciones y artilugios de indudable encanto, testimonio muchos de ellos de actividades pasadas. Es el caso de los tinglados para el almacenaje de mercancías. De estructura metálica, fueron construidos entre 1911 y 1923, destaca la decoración modernista alusiva al comercio y la navegación y los mosaicos cerámicos de temática valenciana-frutal, siguiendo un poco el hilo decorativo de la Estación del Norte. Los tinglados fueron obra de los ingenieros José María Fuster y Fausto Elio Torres. En un principio se construyeron seis, pero en la actualidad sólo quedan tres, los marcados con los números 2, 4 y 5.
Quedan en pie todavía alguna de las grandes grúas, testimonio de una época en la que las mercancías eran izadas en sacas, cajas o barriles hasta las bodegas de los cargueros, antes de que aparecieran los contenedores modernos. Son muchos los edificios destacables, como los Docks comerciales, proyectados por Demetrio Ribes hacia 1911.
Aduana Marítima
Aduana Marítima Edificio dedicado a la actividad de Aduana, es obra del arquitecto Enrique Viedma Vidal (1889-1959) realizado entre 1926 y 1933. De planta rectangular, su fachada desarrolla caracteres neoclásicos. Durante la guerra civil el edificio sufrió los efectos de los bombardeos y tuvo que se reconstruido parcialmente a la finalización de la misma. El edificio alza su planta baja en forma de zócalo almohadillado y dos pisos en altura. Flanquea la construcción dos torres que destacan unos metros sobre el resto del edificio. El cuerpo central adelantado levemente sobre el resto se remata por un gran frontón triangular. El edificio sigue en la actualidad ejerciendo la misma labor administrativa para lo que fue construido.
Edificio del Reloj
Pero probablemente lo más singular sea la antigua Estación Marítima o Estación de Viajeros, con su torre del reloj, de clara inspiración francesa, (se trata de una copia de la Estación de Lyon de Paris) diseñada junto con la Escalera Real, hoy desaparecida, por el arquitecto-ingeniero Federico Gómez de Membrillera. Inaugurada en 1916, servía de grandiosa entrada marítima a la ciudad. Se trata de un edificio adscrito a la corriente modernista valenciana. En el remate de la torre una veleta con forma de barco y por debajo de ella la campana, de nombre María y fundida en el año 1915.
Destacan los detalles escultóricos con figuras alegóricas al comercio y a las actividades marítimas. En la fachada principal podemos ver también el escudo dinástico de la Casa de Borbón.
En el presente siglo XXI y a raíz de la celebración de la Copa de America, el puerto ha sufrido una nueva e importante remodelación, creándose una dársena para embarcaciones de recreo y abriéndose nuevas zonas de paseo para disfrute de los ciudadanos de Valencia, que siempre ha vivido de espaldas al mar encerrados en sus murallas.
Escalera Real Uno de los elementos al que ya hemos hecho referencia y que ha desaparecido, era la conocida como Escalera Real. Construida a finales del siglo XVII con los sillares que utilizó Tomas Güelda en su intento por construir un puerto en condiciones, sería ampliada y mejorada a principios del siglo XX. Comenzó a denominarse «Real», a raíz de la visita realizada en 1858 por la reina Isabel II. La reina procedente de Alicante llego a Valencia en el buque «Francisco de Asís» para visitar las obras portuarias de Valencia. Artísticamente no tenían nada de especial pero si tenían cierto valor sentimental para los valencianos. Se encontraba situada justo enfrente del Edificio del Reloj. Con las últimas obras realizadas en el Puerto de Valencia en 2006 se acordó su demolición. Durante la Segunda República Española la escalera cambió su nombre por el de Escalera de la Estación Marítima, sin embargo pasado este periodo, continúo su antiguo nombre.
Marina Real
Juan Carlos I En el año 2005 tuvo lugar en Valencia y en su puerto la 32 Edición de America’s Cup (Copa America de Vela). Para ello se construyó todo un espacio marítimo y lúdico con espacio en la Dársena para el amarre de grandes yates. Esta se abrió al mar mediante un canal de 600 metros de longitud que puede ser salvado por un puente móvil que puede moverse a voluntad y permitir el paso de vehículos. Este canal conduce a dos marinas y a una bocana. A la zona se la ha dotado de distintos tipos de servicios: restaurantes, escuela de vela, aparcamientos, zonas de ocio y esparcimiento, así como de un edificio emblemático que lleva por nombre «Veles e Vents». A esta zona se la conoce como la Marina Real Juan Carlos I y tiene acceso a pie a la playa del Cabanyal-Canyamelar.
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El puerto en el recuerdo