Con el juicio a los líderes del «procés» de fondo y ante un independentismo que no deja nunca escapar una oportunidad para dar resonancia a su causa ante el mundo, el Rey Felipe VI no dudó ayer en reivindicar la calidad democrática de España en la cena inaugural del Mobile World Congress, celebrada en el Museo Nacional de Arte de Cataluña. Aprovechando que el pasado 6 de diciembre se cumplieron los 40 años de la Constitución aprobada por una «vasta mayoría» de los ciudadanos españoles, el Monarca subrayó que España se ha convertido, a lo largo estos años en una de las 20 «democracias plenas» del mundo. Unas palabras que se produjeron, precisamente, en un acto en el que Torra mostró su lado más contenido y se limitó únicamente a recordar a los presos y a situar Cataluña como lugar de defensa de los derechos humanos.
«Nuestra democracia ha logrado el mayor nivel de prosperidad y bienestar de su historia. Hoy España tiene sólidas instituciones», destacó en su discurso, principalmente pronunciado en inglés y algunas partes en castellano y catalán –que reivindicó como «otra de las lenguas de España de la cual estamos muy orgullosos»–. También reivindicó la «fortaleza política y económica» de España, lo que ilustró con ejemplos como los 80 millones de visitantes que acuden al país anualmente o el gran volumen de inversores que ven «grandes oportunidades en diferentes sectores económicos» del Estado español.
Si los discursos pronunciados tanto por Torra como por Felipe VI tuvieron tintes políticos, los prolegómenos, como es habitual, también estuvieron cargados de simbolismo. El presidente de la Generalitat y Ada Colau no acudieron a la recepción oficial, aunque luego, alejados de las cámaras, sí saludaron al Rey. Pedro Sánchez fue el gran ausente de la cita, pero delegó sus funciones en la ministra de Economía, Nadia Calviño. En representación del Gobierno también estuvieron el ministro de Ciencia, Pedro Duque, y la ministra de Política Territorial, Meritxell Batet. Por parte del Govern, participó el conseller de Política Digital, Jordi Puigneró. Asímismo, también estuvo la portavoz del PP en el Congreso, Dolors Montserrat; la alcaldesa de L’Hospitalet de Llobregat, Núria Marín; la delegada del Gobierno en Catalunya, Teresa Cunillera; o el consejero delegado de GSMA, John Hoffman.
El Rey también quiso destacar la «idoneidad» de Barcelona para acoger el congreso mundial del móvil por ser «una de las más preparadas para el negocio tecnológico», así como una de las ciudades «mejor valoradas en el extranjero para trabajar y un importante centro de operaciones de innovación en Europa». «Para mí y para mi familia, Barcelona es como una segunda casa», dijo Felipe VI. «Incluir a toda la población en la nueva sociedad digital es una responsabilidad que nos incumbe a todos: autoridades públicas y sociedad en general; y la comunidad empresarial, quien tiene hasta una capacidad mayor para contribuir a este fin», reclamó, en un tono más social.
Poco antes, Torra, en un breve y mesurado discurso, recordó a su antecesor, Carles Puigdemont, que «fue quien dio la bienvenida hace dos años», y al resto de consellers del anterior Govern. En ningún momento, sin embargo, se refirió a ellos como «presos políticos» o «exiliados». «Cataluña es un lugar donde amamamos la democracia por encima de todo», afirmó. El president se centró en reivindicar a Cataluña como «tierra de creadores y revolucionarios en innovación» con nombres como Gaudí, Miró, Dalí, Cerdà y Pau Casals.
Al discurso del Gobierno le puso voz Calviño. Sánchez, que había estado por la mañana en el sur de Francia en un homenaje a Manuel Azaña, Antonio Machado y los exiliados por el franquismo, no acudió ni tampoco la vicepresidenta, Carmen Calvo, muy cuestionada durante las últimas semanas por su papel como interlocutora con la Generalitat. Calviño, en todo caso, también puso el acento sobre «aspectos que están siendo discutidos estos días», como la separación de poderes y la aplicación de la Ley en España, ante lo que reivindicó «la fortaleza institucional» del Estado.
Finalmente, Colau, que reivindicó el «orgullo» de Barcelona por acoger una nueva edición del MWC, reclamó que el salón debe servir para «conectar la tecnología con la gente», ante la nueva revolución que asegura que se está viviendo globalmente. Asimismo, la alcaldesa de la Ciudad Condal, que ha multiplicado sus gestos y guiños durante los últimos días ante la proximidad de las elecciones municipales del 26 de mayo, también aprovechó para reivindicar los «valores republicanos» ante el Rey. A su entender, bajo los «valores republicanos» de «libertad, igualdad y fraternidad» se puede responder a la «amenaza» que representa el «auge de los populismos de extrema derecha».
Fuente: La Razón