El secreto de los murales de Mercadona: integración social de mil discapacitados intelectuales

La compañía invirtió más de 1,5 millones de euros en la nueva imagen del trencadís que decora la pescadería y del punto de acabado de la carne

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Mercadona invirtió el año pasado más de 1,5 millones de euros para implantar más de 1.650 nuevos murales para decorar la pescadería y el punto de acabado de la carne de sus tiendas. La iniciativa se llevó a cabo en colaboración de veintisiete fundaciones y centros ocupacionales de toda España.

De acuerdo con fuentes de la compañía presidida por Juan Roig, Mercadona «hace de la innovación social un factor prioritario y visible en su Nuevo Modelo de Tienda Eficiente» que la empresa está implantando de forma paulatina en sus más de 1.600 supermercados.

Según explica Mercadona, «gracias a este proyecto, más de 1.000 personas con discapacidad intelectual tienen la posibilidad de formarse, trabajar y fomentar sus capacidades de esfuerzo, concentración y trabajo en equipo». «Una labor creativa y de gran habilidad que se integra, como una iniciativa social y sostenible, dentro de todo el proceso de transformación del Nuevo Modelo de Tienda Eficiente de Mercadona», según resalta la compañía. Al respecto, los nuevos murales de trencadís tienen ahora un diseño más amplio y en sintonía con la nueva imagen de las tiendas.

Estos paneles decorativos se confeccionan con la técnica trencadís, que utiliza pedazos rotos de cerámica que suministra Pamesa Cerámica a las entidades sociales, y con los que estas personas realizan íntegramente el mural.

Ana Zambrana, directora del Centro de Ocupación La Xara, señala que “nos hemos unido a este proyecto porque estos murales dan la oportunidad de demostrar a la sociedad que las personas con discapacidad intelectual son tan capaces como el resto de la población. Es una ocasión para mostrárselo a los miles de clientes que los ven a diario en las tiendas de Mercadona”.

Por su parte Arantxa Roig, directora de la Fundación Roig Alfonso, quien lleva desde los inicios en el proyecto, considera que esta iniciativa “facilita la integración socio-laboral de las personas con discapacidad intelectual. Su nivel de autoestima y autoconfianza se ve reforzado al ver como los clientes de Mercadona admiran su trabajo, considerándolos unos verdaderos artistas”.

Este proyecto, que nace en 2011 de la mano de Mercadona y Pamesa Cerámica, tiene su origen en la tienda que la compañía de supermercados tiene ubicada en la calle Roger de Lauria en Valencia, donde se instaló el primer mural de trencadís. Desde entonces y hasta 2017, más de 1.000 personas con discapacidad intelectual han trabajado en la realización de más de 5.000 murales distintos que hoy son un símbolo diferencial en las tiendas de Mercadona