El tráfico en Valencia del centro pierde su fluidez

Comunidad valenciana. Valencia. Valencia 03-04-2017. Anillo ciclista. Fotografía de Irene Marsilla.

El anillo ciclista provoca importantes retenciones en algunas de las calles más comerciales de Valencia

La viralidad, esta semana, de una fotografía que muestra a dos ciclistas por el parque de las Alameditas frente a las Torres de Serranos junto a un carril bici vacío y un importante atasco en la calle Blanquerías ejemplifica a la perfección la situación que se vive en el centro de la ciudad, una zona que ha perdido parte de la fluidez que caracterizaba a la ronda interior desde que se ha puesto en marcha el anillo ciclista. La obra, la más importante por el momento de la concejalía de Movilidad, ya es la infraestructura ciclista más utilizada de la ciudad, con 2.384 usuarios diarios de media el pasado mes de marzo, pero la realidad es que en torno al anillo se producen cada día importantes atascos en puntos donde antes no ocurrían con tanta frecuencia como Blanquerías, Colón, Xàtiva o Guillem de Castro, entre otras calles.

Mientras decenas de ciclistas viajan por el carril bici, cientos de coches esperan en importantes embotellamientos que alargan, al veces hasta doblan, el tiempo habitualmente empleado para hacer uno u otro trayecto. El carril bici ha supuesto la eliminación de un carril en cualesquiera de las calles por las que transcurre a excepción de parte de Blanquerías, donde el anillo ciclista discurre por las Alameditas de Serranos. Pero en algunas de estas vías, sobre todo en las más densas, la eliminación del carril la sufren conductores y taxistas por igual

El paseo por el anillo empieza en la calle Colón. Ahí hay una nueva parada de taxi, justo frente a donde se encontraba la antigua. Ahí esperan cada día varios conductores en prácticamente cualquier momento de la jornada. «Es horrible, hay más atascos que nunca», dice Eufemio. «Sí, nos complica la vida porque no podemos dejar a nadie a la izquierda», asegura Manuel. Se refiere a las zonas donde está el carril bici y donde no pueden dejar a los pasajeros, que han de cruzar el anillo para llegar a la acera. «Los viajes suben cuando alguien te pide ir al centro de Valencia a según qué horas, pero la gente ya sabe eso», comenta desde su coche otro compañero.ç

Retenciones en Blanquerías

Los taxistas sufren los embotellamientos, pero también los conductores que deciden aventurarse a circular por el centro de la ciudad. Vías como Colón, Xàtiva, Guillem de Castro, Blanquerías o plaza de Tetuán registran importantes retenciones, sobre todo en hora punta. Es habitual ver atascos en la calle Colón, provocados por cualquier camión o furgoneta que esté efectuando una operación de carga y descarga.

Como muestra, un botón. Esta misma semana, a las 11.45 horas de un día entre semana, un camión de reparto se detuvo a la izquierda en una zona de carga y descarga de la calle Colón cercano a la plaza de toros. Sin embargo, la longitud del camión le impidió caber en la plaza delimitada, lo que obligó a quienes circulaban por el carril siguiente a la zona de carga y descarga a abrirse y cambiar de carril, congestionando así la zona. También se dan atascos, sobre todo en la parte más cercana a la Porta de la Mar, cuando una moto de grandes dimensiones intenta aparcar en la zona habilitada para ello. La Plataforma Motera Seguridad Vial ha criticado que las plazas de aparcamiento en batería para motos no son lo bastante grandes para algunas motos, lo que les obliga a hacer maniobras y a ralentizar, involuntariamente, el tráfico en el carril más próximo a los aparcamientos y, por tanto, al anillo ciclista.

También es complicado el cruce de la calle Xàtiva con Alicante o cerca de San Agustín, donde comienzan a reducirse los carriles por la derecha para dejar paso al carril bus. El punto más problemático de esta zona de la ciudad es el túnel de Ángel Guimerà, entre Jesús y Hospital. Se pasa de los cuatro carriles que hay antes a apenas dos, lo que genera un importante cuello de botella en el que, además, la circulación es lenta debido a los coches que salen por Espartero o a los que entran por la calle Gandía o Guillem de Castro. En los casos de Espartero y Gandía han de superar el anillo ciclista y un paso de cebra antes de abandonar o incorporarse a Guillem de Castro, lo que provoca no pocas retenciones.

El siguiente punto conflictivo, obviando el siempre complicado cruce de Guillem de Castro con Quart, se encuentra ya en la calle Blanquerías. Se trata de una de las vías que más tráfico registra durante todo el día, pero sobre todo en las horas punta, porque en ella desemboca el túnel de la Petxina. Los coches que fluyen por él, junto al anillo ciclista, y los que vienen por Petxina se encuentran en un nuevo cuello de botella en el que es habitual encontrar atascos. La situación se complica en este punto porque quien pretende cruzar el río por cualesquiera de los puentes también ha de salvar bien un paso de peatones, bien el anillo, bien ambas cosas, lo que obliga a los coches a ralentizar la circulación casi hasta detenerse, por lo que el carril más cercano al anillo ciclista entre Blanquerías y Tetuán es el más lento de todos.

«Es impresionante, no me lo puedo creer. Antes tardaba 12 minutos en llegar a la Ciudad de la Justicia y ahora casi media hora», lamentaba una conductora que esperaba en un atasco. «Ponlo, ponlo. Es una vergüenza», comentaba otro en el coche de al lado. Las quejas sobre el aumento del coste en tiempo de los trayectos se repiten por toda la calle Blanquerías.

El recorrido ha de seguir luego por la plaza de Tetuán, donde todos los problemas de circulación se multiplican por las obras llevadas a cabo por la concejalía de Movilidad y por la salida del aparcamiento de Capitanía. La circulación en el entorno de la plaza Alfonso el Magnánimo, la calle General Palanca o la Porta de la Mar nunca ha sido fluido, debido a la confluencia de todas estas calles con otras como Colón o Paz y a la presencia de importantes centros de trabajo como el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, pero la situación se complica mucho estos días desde la instalación del anillo ciclista. No en vano, el tráfico en los accesos de la ciudad ha crecido el último año en todas las entradas de Valencia.