El último aliento del Estado Islámico

La derrota final del Estado Islámico (EI) está a tiro de piedra. Exactamente a 700 metros de distancia que separan la posición de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) del último puñado de yihadistas atrincherados en la localidad de Baguz. La ofensiva de las fuerzas kurdas en el último feudo del EI en el este de Siria comenzó hace una semana, pero debido a que los yihadistas están usando a los civiles como escudos humanos están avanzado lentamente para no castigar a la población civil. «Algunos pueden sorprenderse de que Baguz aún no haya caído. Pero los disparos se han detenido. El área está al alcance de nuestro fuego. Pero nos estamos moviendo con cautela porque hay miles de civiles detenidos como escudos humanos», señaló Chia Kobani, jefe de operaciones de las FDS. «Vamos a pasar a la siguiente etapa, a combatir el EI y sus células durmientes y sus restos en el área para garantizar la seguridad de esta región y las vidas de las personas», agregó Kobani, que espera poder anunciar la victoria «en los próximos días».

Hacinados, hambrientos y atemorizados un millar de civiles viven sus últimas horas bajo el Califato que levantó hace cuatro años y medio el jeque Abu Bakr Al Bagdadi. A pesar de estar en las últimas y con la moral por los suelos, los no más de 500 yihadistas, la mayoría extranjeros, que resisten en Baguz, han cerrado todos los caminos, plantado minas, y han construido una red de túneles para esquivar y escaparse de los combatientes kurdos. En los próximos días se librará una feroz batalla por lo que se prevé que los yihadistas vayan a emplear kamikazes para proteger el último feudo del extinto califato islámico. El grupo se encuentra rodeado «en unos centenares de metros cuadrados y tiene como rehén a cierta cantidad de civiles, que se rehusa a liberar», indicó Mustefa Bali, portavoz de las FDS, antes de precisar que aún podría haber 2.000 civiles en el sector.

Se cree que los yihadistas podrían haberse mezclado con la población en los campamentos. La mayor preocupación de Occidente es qué hacer con los yihadistas extranjeros detenidos por las fuerzas kurdas.

Cuando parece cumplirse a tiempo los pronósticos de Donald Trump, que había asegurado que el fin del califato del EI sería anunciado pronto, surgen nuevos interrogantes sobre que pasará ahora en Siria. Con la caída del EI, los más de 2.000 soldados estadounidenses desplegados en Siria saldrán del país, lo que podría crear una vacío de seguridad y una lucha de poder para llenarlo entre Turquía, Rusia e Irán. Para Washington lo más importante ahora es convencer a Europa de que cumplan con su obligación de encargarse de los yihadistas que se unieron desde 2014 al Estado Islámico y juzgarlos. «Estados Unidos pide a Reino Unido, Francia, Alemania y otros aliados europeos que repatrien a más de 800 combatientes del EI que capturamos en Siria para que sean juzgados», declaró ayer Trump. «No hay alternativa ya que estaremos obligados a liberarlos. EE UU no quiere que estos combatientes del EI se esparzan por Europa. ¡Nos retiramos tras una victoria del 100% sobre el califato», añadió el mandatario. Si bien, el fin de califato está cerca, la destrucción total de grupo yihadista aún será tarea difícil para los servicios de inteligencia. Las células durmientes del EI están repartidas por partes del vasto desierto de Siria e Irak. Los yihadistasreivindican ataques a veces mortíferos perpetrados por yihadistas en las zonas kurdas desde Badiya. Según las FDS, estos últimos meses, «varias células durmientes extranjeras fueron desmanteladas en múltiples regiones de Siria». Por ese motivo, si no hay una fuerza antiterrorista que opere de manera sostenida, el EI podría reorganizarse en seis a 12 meses y «reconquistar territorios», advirtió un informe militar estadounidense.

Con el Estado Islámico exhalando su último aliento, el Gobierno sirio empieza a impacientarse para ver quién controlará ese territorio convertido en escombros por los bombardeos y los combates. El presidente sirio, Bachar al Asad, advirtió ayer a las milicias kurdas, aliadas de EE UU, de que Washington no va a protegerlos y que se convertirán en una moneda de cambio. «Los estadounidenses no van a protegeos, sino que será vuestro estado quien lo hará», declaró Asad en un discurso transmitido por la televisión estatal. «La mayoría de los sirios en estas zonas están del lado del Estado», puntualizó.

«Si no os preparáis para defender a vuestro país no vais a ser sino esclavos del Otomano», en alusión a Turquía, que respalda a la oposición siria. En cuanto a los refugiados sirios, Asad ha hecho un llamamiento al retorno. «Pedimos a quienes han huido de Siria debido al terrorismo que regresen para participar en el proceso de reconstrucción», aunque advirtió de que no permitirá que se utilice el retorno como «baza política».

Fuente: La Razón

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *