¿Elecciones en marzo?

La aprobación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE), en cuya negociación se encuentra inmerso el Gobierno, va a suponer el punto de inflexión de la legislatura. Pedro Sánchez aspira a agotar el mandato pero para ello necesita dar imagen de solvencia y desprenderse de la pátina de inestabilidad que pesa como una losa sobre su Gabinete, sostenido por 84 diputados, desde que asumiera el poder. Conscientes de la capacidad de influencia que tienen sobre el Ejecutivo los partidos cuyos votos son imprescindibles para sacar las cuentas adelante, el apoyo a la aprobación de los PGE se está convirtiendo en moneda de cambio para arrancar a Moncloa sus principales pretensiones. Unidos Podemos, socio prioritario, ya remitió una propuesta antiausteridad para modular las cuentas, y los partidos independentistas también han ligado su voto favorable a que el Gobierno interceda ante la Fiscalía para que retire la acusación por rebelión a los políticos encausados por el «procés». Sánchez ha negado esta intromisión en el poder judicial y ya explora la posibilidad de un adelanto electoral en caso de no ser capaz de sacar adelante sus cuentas.

Cuando estaba en la oposición, el hoy presidente del Gobierno conminó a Mariano Rajoy a someterse a una cuestión de confianza en el Congreso si no sacaba las cuentas adelante, «porque un presidente no puede gobernar sin Prespuestos». El entonces jefe del Ejecutivo logró aprobar los PGE con los mismo votos del PNV que días después le hicieron caer y esos son, precisamente, los Presupuestos con los que gobierna a día de hoy Sánchez. Pero no lo hará por mucho más tiempo: el presidente del Gobierno tiene previsto llevar a la Cámara Baja unas cuentas con el sello socialista entre finales de noviembre y principios de diciembre. Y como una suerte de ultimátum a los socios que aprovechan su situación de debilidad parlamentaria, Sánchez dejó ver en una entrevista en la Cadena Ser que si no logra aprobar sus PGE no prorrogará los del PP. «Estos no son mis Presupuestos», dijo, abriendo la puerta a la convocatoria de elecciones. El presidente también juega sus bazas, pues sabe que muchos de los partidos que le presionan rechazando las cuentas no están en condiciones de encarar una eventual cita con las urnas. No obstante, desde Moncloa no quieren ponerse todavía en este escenario y esperan ser capaces de tejer una alianza suficiente para seguir en el poder. Eso sí, puntualizando que no buscan «permanecer en el poder por el poder». El ministro de Fomento y secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, compareció ayer en Ferraz para dar por inaugurado el curso político y clarificó las palabras de Sánchez. Ábalos señaló que la vocación del Ejecutivo es transformar la realidad y que «no van a permanecer en el Gobierno a costa de no poder poner en marcha sus políticas». El ministro contrapuso esta actitud con la de la derecha que «vendía unos presupuestos en los que había mucha publicidad y pocas posibilidades de llevarlos a cabo, porque su único propósito era estar en el poder».

En «modo campaña»

Además, Ábalos reivindicó que el PSOE es «el partido más preparado para las elecciones» y es que, en cierto modo, los socialistas parecen haber activado ya el «modo campaña». Bajo el eslogan «Razones para confiar», el partido ha puesto en marcha una iniciativa que llevará a sus principales rostros por España, Sánchez estará este domingo en Oviedo, para explicar lo que ha hecho el Gobierno en estos primeros 100 días de gestión y los principales compromisos que esperan acometer si siguen en La Moncloa. El objetivo del PSOE es recuperar la confianza perdida por los ciudadanos y mantener la ola de movilización que se generó con su llegada al poder. Una iniciativa que les permitirá mantener y ensanchar el nicho de votantes socialistas de cara a un adelanto electoral. Si Sánchez se topa con el veto del Congreso a los presupuestos a finales de año y contando con los 54 días que deben mediar entre la convocatoria de las elecciones y su celebración, nos pondríamos en el mes de marzo. Una fecha que casa con la petición de los barones del PSOE de adelantar los comicios sin hacerlos coincidir con la triple convocatoria de mayo y que arrastraría al electorado para el 26-M.

Fuente: La Razón

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