En Brasil, la Policía ya mata con la consigna de Bolsonaro

El viernes pasado, trece jóvenes de entre 16 y 21 años murieron en un operativo policial en varias favelas situadas en el bohemio y turístico barrio de Santa Teresa, en el centro de Río de Janeiro. De acuerdo con las investigaciones, el suceso se produjo durante un enfrentamiento con agentes de la policía en el marco de una operación contra el tráfico de drogas en la región, también disputado por diferentes bandas.

La Defensoría Pública del estado brasileño de Río de Janeiro asegura tener indicios de que miembros de la Policía Militar fusilaron a 13 personas durante ese operativo. El defensor general Pedro Daniel Strozenberg aseguró, en declaraciones al portal UOL, que hay «fuertes indicios de fusilamiento» y no de muertos en enfrentamiento.

Familiares de las víctimas admiten que no todos eran narcotraficantes, y añadieron que bajaron las armas ante la Policía Militar, que sin embargo, habría disparado contra ellos. Según “The Guardian”, otras dos víctimas, una de ellas adolescentes sin vínculos con el narco, fueron torturados y disparados en sus propias casas, de acuerdo al relato de varios residentes.

“Nada justifica esto. Se habían rendido. La policía prefirió ejecutarlos», dijo Roberta Jeronimo, de 23 años, una estudiante cuyo hermano Carlos Castilho, de 26 años, fue uno de los diez hombres que murieron en la misma casa.

Brasil tiene niveles impactantes de violencia policial. Las muertes por «intervenciones» de la policía aumentaron un 20% en 2017, hasta llegar a 5.144, según las cifras más recientes del Foro de Seguridad Pública de Brasil. Además, 367 policías fueron asesinados en el mismo período.

Además, el día 12 la Policía también mató a Jefferson Rodrigues da Silva, alias ‘El Feo’, de 18 años de edad. Según la prensa brasileña, murió a causa de los disparos de los militares, a pesar de que recibió los primeros auxilios. De acuerdo con los militares -cuya versión ha recogido Agencia Brasil-, Da Silva llevaba consigo un aparato de comunicación y tres casquillos de nueve milímetros. El otro joven implicado en el tiroteo habría conseguido huir.

Los residentes en Vila do Pinheiro han asegurado que Da Silva “no era un delincuente” sino simplemente un joven que trabajaba lavando coches. “La acción del gobierno está siendo horrible. Ya no nos dejan ni salir a la calle”, dijo la vecina Nessia Santos en declaraciones recogidas por la agencia Notiamérica. En respuesta a esta acción, los habitantes de Vila do Pinheiro salieron a la calle a protestar y levantaron barricadas que posteriormente fueron derribadas por la Policía Militar.

Esta política de seguridad coincide con la receta del nuevo gobernador de Sao Paulo, el ex juez Wilson Witzel, de “disparar a matar”. El gobernador ha prometido mano dura contra la criminalidad y abatir con francotiradores de élite a los «bandidos» que porten fusiles de asalto, así sea en favelas o en centro comerciales. Witzel es un aliado político del presidente brasileño Jair Bolsonaro, quien ha prometido impunidad a los policías que maten a delincuentes. Según el periódico “Rio’s Extra”, la policía ha matado a 42 personas en diez días.

El episodio refleja la grave crisis de violencia en la que está sumido el estado de Río de Janeiro, en el sureste de Brasil, desde la celebración de los Juegos Olímpicos de 2016. El Gobierno del anterior presidente Michel Temer decretó el año pasado la intervención del Ejército en el área de seguridad del estado de Río, pero la presencia de los militares no resolvió los problemas estructurales de violencia en la región, según han denunciado diversas ONG.

Fuente: La Razón

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