España ha emitido órdenes de búsqueda contra 132 yihadistas que se unieron a Daesh

España ha emitido órdenes de búsqueda y captura, a efectos de extradición, contra los 132 ciudadanos de nuestro país, la mayoría de origen marroquí, que están plenamente identificados entre los que viajaron a combatir junto al Estado Islámico en Siria e Irak, según han informado a LA RAZÓN fuentes antiterroristas.

Por lo tanto, si alguno de ellos es identificado entre los 800 que están en campamentos de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), integradas por los kurdos y apoyadas por los EE.UU., no habría ningún problema para que regresaran, bajo control policial, a nuestro país, donde serían presentados ante la Justicia.

El mero hecho de haberse integrado en la banda terrorista Daesh implica la comisión de un grave delito, independientemente de los que se les puedan probar en su momento.

El número de españoles que, según los datos de que disponen las Fuerzas de Seguridad del Estado, se unieron al Estado Islámico es de 234. Además de los 132 antes citados, que se encuentran en ignorado paradero, 57 han muerto en combate o se han suicidado. Hay ocho retornados de origen español y 16 de otras nacionalidades. Un total de 12 de origen español están en la cárcel y siete más de otras nacionalidades.

El Daesh retiraba las documentaciones a los «Foreign Terrorist Fighter» (FTF) que se unían a sus filas, por lo que es probable que algunos de los 132 que se encuentran en ignorado paradero se hallen en los citados campos de internamiento.

Recientemente, el presidente de los EE.UU., Donald Trump, pidió a los aliados europeos que se hicieran cargo de los ciudadanos de sus respectivos países que lucharon con el Estado Islámico y fueron apresados por las fuerzas apoyadas por Estados Unidos en Siria e Irak. De no hacerlo, advirtió, se verían obligados a liberarlos.

Francia ha mostrado ya su voluntad de repatriar a los yihadistas de su nacionalidad para ponerlos ante la Justicia y acoger a sus familiares, si se demuestran que no están implicados en actividades terroristas.

Por su parte, el Gobierno de Austria ha rechazado esta posibilidad. «No vamos a hacer nada para traer a personas a Austria que hayan participado o apoyado atrocidades terroristas en el extranjero», dijo el ministro del Interior, Herbert Kickl. «No entiendo que debamos importar terroristas y simpatizantes del Estado Islámico que suponen una bomba de relojería para nuestra población». Según las fuerzas de seguridad austríacas, hasta 300 ciudadanos de este país centroeuropeo habrían podido unirse en los últimos años al Daesh, aunque muchos de ellos habrían muerto y otros ya habrían retornado.

Fuente: La Razón

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