Falla de Dalí


En 1954 el artista catalán elaboró una falla para la comisión de El Foc, falleros de buena posición económica. El diseño en papel fue trasladado a la realidad por el escultor Octavio Vicent y tuvo un precio final de 111.000 pesetas. Las dificultades técnicas para plasmar el dibujo en figura hizo que Vicent tuviera infinidad de problemas. La falla, titulada La corrida de toros surrealista representaba una plaza de toros con un toro muerto sobrevolándola sostenido por un extraño águila. En el centro de la plaza había un torero observado por un enorme busto, mitad cara de Picasso, mitad cara de Dalí.

El surrealismo de esta obra hizo que la falla del autor catalán no fuera comprendida por los valencianos de la época. Pero lo que es cierto es que ha pasado a la historia como una de las fallas más emblemáticas que ha habido desde que la fiesta es de suma importancia en Valencia. La tradición y la cultura española quedaron plasmadas en esta auténtica obra de arte del artista catalán.