7 de la mañana del 17 de marzo de 2017.
Mi ronda nocturna estaba a punto de concluir . El primer resplandor del nuevo amanecer coincidía a mi llegada a la plaza más laureada de la sección y por qué no decirlo a la plaza donde he vivido mis mejores momentos de mi afición por las fallas y algún que otro disgustillo . Esta obra de Paco Torres me recibía así, en penumbras, sin nada que la iluminase excepto su parte trasera. Pero su envergadura y espectacularidad era o fue de tal calibre que «alumbraba» por si sola a todo aquel que rondaba por la plaza a esas horas…
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