Felipe VI podría remitirse al discurso de Nochebuena del año pasado y pronunciarlo de nuevo sin que quedara descontextualizado. Principalmente, en lo que concierne a dos temas clave en la actualidad española: la coyuntura catalana y la violencia de género. El pasado diciembre instó a no «imponer las ideas frente a los derechos», y a tenor de los altercados acaecidos en Barcelona durante el pasado Consejo de Ministros, el país se encuentra en la misma fase, con los CDR intentando paralizar el funcionamiento normal de las instituciones y de los civiles. Y respecto a lo que calificó como la «lacra inadmisible» que supone la agresión «violenta y criminal» contra las mujeres, el terror vivido por la profesora Laura Luelmo y que ha conmocionado a toda España habla por sí mismo.
La Casa del Rey lleva meses perfilando un mensaje que se grabó ayer, y en el que la Corona pone mucho cuidado para que no se filtre una coma, hasta el punto de convertir los muros del Palacio de La Zarzuela en una especie de «búnker» en el que apenas operan el Rey, el jefe de la Casa y el de Comunicación. No obstante, se espera que haga referencia a estos dos asuntos.
En cuanto a la situación política, el Jefe del Estado se encuentra en una situación muy complicada. Desde que, como garante de la unidad de España, pronunciara un mensaje a la Nación tras el 1-O, apelando a los poderes del Estado a garantizar el cumplimiento de la ley, los ataques de los secesionistas a la Corona se han multiplicado, y cada palabra de Don Felipe se analiza con lupa para arrojar después una catarata de críticas y descalificaciones. A lo largo de este año, el Monarca ha tenido que soportar que el presidente de la Generalitat, Quim Torra, le llame públicamente «hooligan con corona», o haga suyo el sentir catalán haciendo afirmaciones como que Don Felipe «ya no es el rey de los catalanes». Ante esta situación, la Casa del Rey ha procurado no caer en provocaciones, llegando incluso a no referirse al órdago soberanista en los pasados premios Princesa de Asturias –el único discurso que la Corona elabora sin la participación del Ejecutivo–. Y el hecho de que la Monarquía no le haga la publicidad gratis a la Generalitat sentó rematadamente mal. No obstante, se prevé que Felipe VI apele a las fuerzas políticas a tener un alto sentido de Estado, principalmente porque si la proyección del voto no se desvirtúa, 2019 promete dejar un mapa electoral convulso. Y, a tenor de lo que se vivió en Cataluña el pasado viernes, no parece que el Gobierno esté en condiciones de garantizar una estabilidad política, después de que Sánchez no sólo hiciera guiños a sus socios de investidura al dotar a la comunidad con 112 millones más o al aprobar el reconocimiento de Companys y Tarradellas, sino que además recibiera el desdén de la Generalitat, que calificó de «acuerdos menores» lo alcanzado. Una situación que transmite cómo el Ejecutivo de Sánchez se encuentra en manos de los soberanistas con la única pretensión de atacar a la unidad de España y, por tanto, a su vértice, la Corona. También las fuerzas republicanas con las que se ha aliado el Gobierno del PSOE, como Podemos, tienen como objetivo desligitimarla. Por otro lado, la incursión de Vox en el tablero político tras las elecciones andaluzas desdibuja aún más el color político que predominará. En este contexto, Don Felipe instará a que prioricen los valores constitucionales sobre los intereses particulares, más aún cuando este año se han cumplido 40 años de la redacción de la Carta Magna. La Casa del Rey ha puesto el foco este año en reforzar la vinculación de la Corona con el proceso constituyente, en el que su padre jugó un papel fundamental, para reivindicar la importancia de la vigencia de la Institución. El Rey Juan Carlos y la Reina Sofía estuvieron presentes en los actos conmemorativos en el Congreso de los Diputados, y recibieron en más de una ocasión una cerrada ovación, en un claro cierre de filas en torno a la Corona.
Asimismo, la Princesa Leonor ha tenido este año un papel mucho más relevante, como lo fue el hecho de que su primera intervención pública fuera la lectura de un artículo de la Constitución el pasado 31 de octubre. No es de extrañar que en la escenografía de este año se realce la figura de la heredera de un modo u otro.
Al Jefe del Estado tampoco se le pasarán por alto las principales preocupaciones de los españoles, como el desempleo, el terrorismo yihadista, del que España fue víctima en Barcelona y Cambrils, o la proyección de nuestro país en el exterior. En concreto, la Corona siempre ha apostado por la continuidad de la Unión Europea y el crecimiento del protagonismo de España en ella. Una postura que adquiere un mayor significado con la permanente sombra del «brexit» británico, que afecta a España tanto en las relaciones bilaterales como en su posición respecto a Gibraltar.
Pese a las dificultades que asolan España, el Monarca siempre termina sus palabras dirigidas a los españoles con un mensaje de confianza en lo que somos y en nuestras convicciones, en una «España que ilusione». El año pasado, pronunció el discurso de Nochebuena más corto desde 2014 y, como novedad, se retransmitió en directo desde la cuenta de Twitter de la Casa del Rey, lo que se mantendrá este año. También se podrá seguir en directo por streaming en el canal de la Institución. El año pasado, además, la emisión del discurso del Rey estuvo precedido por un vídeo de casi media hora en el que se proyectaron distintos momentos vividos por la Familia Real a lo largo del año.
Fuente: La Razón