La presidenta regional del PP valenciano, Isabel Bonig, se encuentra arrepentida de haber firmado la adhesión a la moción de Podemos, PSPV, Compromís y Ciudadanos para que Les Corts Valencianes exigiera a Rita Barberá la renuncia al escaño de senadora. Una decisión sin que Madrid lo ordenara. Así me lo contaba ayer mi amigo Rogelio, con fuentes hasta en las alcantarillas.

Con razón, porque era innecesario, porque tenía otras opciones para salir del paso, porque la adoptó en caliente presionada por el entorno y porque contribuyó a una iniciativa contra una figura de especial relevancia y contra el propio partido, sin que jamás se haya dado el caso de que PSPV, Podemos y Compromís se sumaran a una propuesta similar del PP, que las ha habido.

No fue el mejor día de Les Corts, menos aún del PP de Bonig. Como afirmaba ayer la catedrática de Derecho constitucional, Remedios Sánchez Ferri, en un momento en que estamos exigiendo ejemplaridad a los políticos, hay que exigírsela a las instituciones.

Además, como refería líneas arriba, el grupo popular valenciano tenía otras opciones como la abstención o como la de evitar la firma al no pertenecer ya Rita Barberá a la organización.

No dudo que haya sectores del PPCV defensores de la actuación del jueves, pero puedo asegurar que otros muchos la censuran, incluso dentro del grupo parlamentario que no son Vicente Betoret ni Miguel Domínguez, quienes por cierto se ausentaron de la votación.

Por ese camino, hay quien dice no se vislumbra el sol precisamente. Y que no deje secuelas. Así es la vida.

Source: Comunitat Valenciana