El empresario Vicente Huerta permitía al exdelegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Serafín Castellano, invitar a sus propios amigos a las cacerías que organizaba y costeaba aquél, propietario de Avialsa, la empresa que durante años resultó adjudicataria de las campañas de lucha aérea contra incendios.
Así consta en la declaración de un testigo prestada ante la Fiscalía Anticorrupción, y en la que aclara que sabe todo lo que dice «porque ha sido amigo del señor Huerta y de su padre durante 38 años».
Según dicho testigo, natural de Jerez de la Frontera, «la intención de Huerta invitando a Castellano era sacar buenos contratos, que si en un contrato había cinco aviones poder sacar ocho, es decir, tener más volumen de negocio y que le pagasen más».
También explica que «cuando volvían de las cacerías, Vicente Huerta le contaba al declarante de qué había hablado con el conseller (…) del tema de los aviones, de los contratos».
Por este motivo, asegura que Castellano también invitaba «a su gente» entre los que incluye al empresario Taroncher y al hijo de éste «así como a más personas que el declarante no sabía quiénes eran», y concluye que «lo pagaba Vicente Huerta, incluidos los que invitaba Castellano».
Asegura además que «había unos aviones que ponía el pliego del concurso y que Vicente Huerta nunca aportó. Que tenían que haber sancionado a Avialsa y no le sancionaron».
Sin embargo, el abogado de Huerta defiende en un escrito que Avialsa no aportó los aviones por causa sobrevenida, ya que le fue imposible adquirirlos, y que los aeroplanos que se sirvieron en compensación mejoraban lo estipulado inicialmente en el contrato.
El testigo en cuestión también explicó que el empresario Huerta regaló una escopeta a Castellano, algo que también confirma el informe policial de la UDEF, y señala además que era habitual que Avialsa enviara a Serafín Castellano regalos por Navidad, durante diversos años.
Source: Comunitat Valenciana