¿Qué sentido tiene promover un pacto constitucionalista como el que proponen ustedes sin el Gobierno?
Sánchez se ha autoexcluido por la vía de los hechos del consenso constitucional que defiende la unidad de España. No tiene sentido que los que creemos que España es un valor irrenunciable estemos pendientes de qué siglas están detrás de una convocatoria o de una iniciativa en defensa de lo que nos une. Nuestra propuesta va dirigida a unir a los partidos constitucionalistas en desacuerdo con la política de Pedro Sánchez en Cataluña y con cómo evoluciona el proceso independentista.
Hay quien lo interpreta como un modo de que Ciudadanos no compita con ustedes en el discurso territorial y en la política con Cataluña.
Es una interpretación equivocada. El objetivo es recuperar la esencia de la política de Estado. El PP apoyó al PSOE en el País Vasco frente a Juan José Ibarretxe porque planteaba una ilegalidad. Y demostramos que se puede ir de la mano de otro partido con más representación que tú, y es lo mismo que proponemos ahora. Pedimos altura de miras, unidad de discurso y de movilización en la calle para que los españoles no tengan que estar pendientes de qué partido es el que convoca una manifestación.
¿Van a plantear un calendario concreto de movilizaciones?
El PP es el líder de la oposición, pero no pretendemos marcarle la agenda a los demás. La idea es reunirnos y ver cómo podemos aplicar el modelo de acuerdo que en su día hicimos PP y PSE frente a Ibarretxe. ETA ya había cesado en su actividad armada y aquel plan ilegal no era terrorismo. Era una propuesta para romper España, igual que pasa ahora en Cataluña. Pero ahora el Gobierno está en manos de los secesionistas para sobrevivir.
El presidente de la Generalitat y ERC han ratificado que no darán su apoyo a los Presupuestos. ¿Cómo conjuga esto con la acusación que hacen ustedes de que hay un pacto oculto del Gobierno de Sánchez con los soberanistas?
Nadie puede negar que hay un acuerdo inconfesable entre Pedro Sánchez y los independentistas, avalado por Pablo Iglesias.
¿En qué consiste ese acuerdo?
La primera decisión del Gobierno fue levantar el control a las cuentas de la Generalitat. Y a partir de ahí no han dejado de hacerles guiños y cesiones.
Retirar el control de las cuentas también la planteó el ministro Montoro al levantarse el artículo 155.
Está por ver si ésa habría sido la decisión de un Gobierno del PP. Y un Gobierno del PP habría vuelto a aplicar en esta situación el artículo 155, pero sin someterse a las exigencias del PSOE y de Cs. Los socialistas impusieron que se dejara fuera TV3, los Mossos y la Educación. Y Cs pidió que fuera un 155 blando, sólo para convocar elecciones.
Habla de cesiones del Gobierno al soberanismo, pero todo lo que ha hecho hasta ahora está dentro de la ley, ¿o no?
Sánchez no puede saltarse la legalidad porque está el PP para denunciarlo y combatirlo. Pero es aún más peligroso que intente cambiar la ley para favorecerles.
¿El PP va a facilitar que se reforme la Ley de Memoria Histórica para que se tramiten las enmiendas dirigidas a evitar que Franco termine en la Catedral de la Almudena?
Hay que fijarse en los aciertos de nuestra gestión de gobierno, pero con una posición autocrítica, y el PP de la mayoría absoluta debería haber derogado esa ley.
¿Anularla por completo?
Sí. Por eso propondremos sustituirla por una Ley de Concordia. Rajoy lideró un gran Gobierno, sacó a España de una crisis sin precedentes, y se centró al cien por cien en la economía, pero esa mayoría deberíamos haberla utilizado para derogar una ley que sólo divide a los españoles y que abre heridas cerradas con generosidad por parte de todos.
¿Por qué exhumar los restos de Franco abre heridas?
Es un debate engañoso. El PSOE plantea gastar dinero y tiempo en un asunto en el que ni Felipe González entró porque creía que había que respetar la transición y la concordia.
¿Por qué el nuevo PP no ha conseguido hasta ahora remontar en las encuestas?
Sí lo hace, no es referencia un CIS hecho a la medida de los intereses socialistas. Pablo Casado está recuperando la ilusión en la idea de un centro derecha unido porque es la única opción para evitar cuatro años más de Gobierno en manos de independentistas. Desde el Congreso tenemos 15.000 afiliados más, hay mucha gente dispuesta a dar una primera oportunidad o una segunda oportunidad al PP. Esta mejoría la vemos en las encuestas municipales y andaluzas.
¿Por qué hay entonces tanta tensión electoral en el PP?
El partido ha entendido el mensaje de Pablo Casado de que tenemos que estar en campaña permanente, no sólo los 15 días oficiales. Ya es pasado aquello de que el PP no comunica.
Precisamente lo que ahora les reprochan es que comunican demasiado. En 100 días ya se escuchan críticas a la nueva estrategia o a la falta de integración entre el «núcleo duro» y la cuota de poder heredada de Cospedal.
No tiene sentido criticar que digamos lo que pensamos si se nos pregunta. En cuanto al equipo, hay buena relación entre todos y sinergias compartidas. Estamos ante una nueva etapa en la que Pablo Casado ha marcado como condición irrenunciable que debe haber ejemplaridad, transparencia y limpieza. El PP está abriendo camino con un líder que es el segundo más joven de Europa.
La juventud en sí misma no es un valor, ¿no?
Si va unida a un equipo con experiencia sí, porque va asociada a la regeneración. Hay que conseguir ahora que los ciudadanos entiendan que el PP es la única garantía para que Manuela Carmena no siga gobernando cuatro años más en el Ayuntamiento de Madrid o Susana Díaz en la Junta de Andalucía. El proyecto de Pablo Casado es la única garantía de cambio y está comprometido con la bajada de impuestos, las reformas para crear empleo y estabilidad y con la defensa de España. ¡Y no vamos a tener ningún problema en hacer autocrítica si es necesario!
¿Se siente cómodo con que se identifique al nuevo PP con el «aznarismo»?
Al nuevo PP sólo se le puede identificar con un proyecto abierto de centro derecha que tiene como fin evitar que las izquierdas gobiernen juntan. En ese proyecto cabe quien se siente demócrata cristiano, liberal, más de centro o más conservador. El PP ha logrado sus mejores resultados cuando ha aunado todas esas sensibilidades y ése es el objetivo de Pablo Casado. Yo no pienso igual que todos mis compañeros, pero formamos un equipo, y esa diversidad de opiniones nos enriquece.
¿El nuevo PP no se mira en el «aznarismo»?
Hay que reconocer y mantener todos nuestros aciertos del pasado, pero a donde hay que mirar es al futuro.
También se dice de él que está más a la derecha que el de Rajoy. ¿Eso es conveniente?
Creemos en las bajadas de impuestos, en defender sin miedo la unidad de España, en las políticas liberales y que ayudan a las familias. Todo eso es el centro derecha que ha funcionado en España y con el que nos sentimos representados. Hay que huir de etiquetas: cuantos más quepamos en el PP, mejor le irá al PP.
¿Aznar hará campaña en favor del nuevo PP?
En cada campaña habrá que ver dónde es necesario poner el énfasis. Y es una decisión que corresponda sólo a la dirección, también a las organizaciones regionales y a los candidatos.
Pero en lo que dependa de ustedes, ¿promoverán que Aznar y Rajoy hagan campaña por Casado?
El futuro y la ilusión lo representan los candidatos. En Andalucía el candidato es Juan Manuel Moreno. A nivel nacional, Pablo Casado. Cuantos más apoyos tengan, mejor, pero los candidatos son ellos.
¿La nueva dirección sabía algo de los tratos de Cospedal con Villarejo antes de que se hicieran públicos?
No. Le digo más, cuando Casado y yo entramos como vicesecretarios del partido no conocíamos ni a Bárcenas en persona. Le conocimos por la tele.
Si dudaran sobre los comportamientos de alguien del partido, ¿contratarían los servicios de una agencia de espionaje?
No.
¿Entienden que en el pasado se hiciera?
Cospedal dejó la dirección del partido de mutuo acuerdo con nosotros y anunció que renunciaba a su acta parlamentaria. Por mi parte, lo que ella ya ha dicho es bastante concluyente.
¿Qué piensan de que se investigue judicialmente si el Gobierno de Rajoy utilizó fondos reservados para recuperar información de Bárcenas que les perjudicaba?
Para darle una respuesta rigurosa y no parcial tendría que disponer de toda la información.
La guerra entre la vieja guardia de la etapa de Rajoy es una amenaza para la convivencia y la organización política.
O una oportunidad. Cuando ha habido corrupción, lo que más ha molestado a nuestros votantes es cómo se ha reaccionado y cuánto tiempo se ha tardado en hacerlo. Eso ha cambiado con Casado. Respuesta contundente e inmediata. Los partidos a los que se les llena la boca dando lecciones deberían tomar ejemplo de las decisiones del PP, especialmente Pedro Sánchez y la ministra Dolores Delgado. No hay que entrar en el tú más, pero la ejemplaridad, la limpieza y la transparencia deben ser atributos de toda la política española. Y no los es mantenerse en la situación de la ministra de Justicia.
¿En qué se diferencia Pablo Casado de Albert Rivera?
Se me ocurren tantas que necesitaría otra entrevista, y eso a pesar de la buena sintonía que tengo con ellos. Pero mire, señalaré una muy gráfica, yo no veo a Pablo Casado votando a favor ni de la investidura de Pedro Sánchez ni de la de Susana Díaz, y Rivera ha votado a favor de los dos. Y quien lo hace una vez, ¿por qué no va a hacerlo dos?
Fuente: La Razón