
Comenzó su formación en la Escuela de Bellas Artes malagueña, donde fue discípulo de Bernardo Ferrándiz y posteriormente la amplió de mano de Antonio Muñoz Degrain. Remitió asiduamente sus obras a muestras y certámenes, tanto regionales como nacionales, donde obtuvo tercera medalla en la Nacional de 1890, sendas segundas medallas en 1876 y 1878, así como condecoración en la edición de 1904. Fue premiado con medalla de oro en la Exposición Vaticana de 1888, mismo galardón que obtuvo en la Internacional de 1892, celebrada en Madrid, por la obra titulada Santa Casilda.